Buscador de noticias

Formulario
Bregovic convierte la Cartuja de Sariñena en una pista de baile
Imagen: Goran Bregovic Goran Bregovic 15-09-2025 Festival Sonna Huesca

Más de mil personas disfrutaron ayer de la fiesta balcánica de Goran Bregovic y su Orquesta de Bodas y Funerales en la Cartuja de las Fuentes de Sariñena. La fanfarría del Este europeo puso a todo el mundo a bailar en el primero de los dos conciertos de clausura del VI SoNna Huesca. El certamen se cierra hoy con una cita doble que protagonizan Travis Birds (19.00h) y La Bien Querida (20.30h).  

La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes de Sariñena vivió anoche una de esas veladas para el recuerdo. Entre los viejos muros del monasterio, destinado hace siglos al silencio y recogimiento, irrumpió ayer con toda su energía la música desbordante de Goran Bregovi? y su célebre Orquesta de Bodas y Funerales, que puso a bailar al millar de personas congregadas para vivir la penúltima cita de la sexta edición del Festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca, que organiza la Diputación Provincial de Huesca. 

La monumental Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes vivió un torbellino musical. Bregovi?, traje blanco, mirada cómplice y sonrisa irónica, apareció en escena dispuesto a cumplir la promesa que mantiene desde hace décadas: ningún concierto suyo es una simple sucesión de canciones, sino un ritual colectivo y una celebración que cruza fronteras. El bosnio vivió el recital sentado, pero muy implicado. Los suyos se movían por él. 

El concierto lo comenzaron los vientos (tubas, trompetas, saxofones…) salidos de entre el público, que rápidamente aceptó la invitación a la boda-funeral balcánica que les proponía Bregovic. “Gora Goran” se le oyó gritar a un vasco, en un ambiente de celebración ritual. Familias enteras, grupos de amigos, curiosos y melómanos veteranos se dejaron arrastrar por la vorágine sonora. Se bailó, se rió y se aplaudió con fuerza en una fiesta en la que el propio Bregovi? parecía disfrutar como un invitado más.

El repertorio fue generoso; veintiuna canciones en hora y media de concierto en la que alternó sus temas más conocidos con los de su último trabajo discográfico. El público se reconoció sobre todo en Vino tinto (que en su día grabó con Bebe, a la que tuvo el acierto de citar, como también hizo con los Gipsy Kings), en Gas Gas, Maki Maki… los temas que lo han hecho celebre, y se guardó para el final las dos canciones más pegadizas y en las que el respetable se dejó la garganta: su versión de Bela Ciao y la celebérrima Kalashnikov, cuando ya se había hecho de noche.

Aunque solo se vendió la mitad del aforo, el público, venido mayoritariamente de fuera de la comarca, y el gran compositor balcánico pusieron el listón muy alto para lo que queda de la clausura de la sexta edición, que hoy se despide hasta 2026 con dos de las voces de la última década de la música española.

Travis Birds y La Bien Querida

El programa para esta tarde es doble. A las 19.00 horas saldrá al escenario la madrileña Travis Birds. Desde que la descubrimos con Coyotes -aquella magnífica canción cabecera de la serie El Embarcadero de Movistar+- caímos en el embrujo de su inconfundible voz y en su capacidad para transmitir emociones profundas a través de su música, como sucedió en su debut en el SoNna Huesca con su concierto en 2021 en el Salinar de Naval. Hoy en día, con una carrera más que consolidada y con muchos conciertos a sus espaldas, ese embrujo sigue latente.

Con su último disco, Perro Deseo, Travis explora un universo sonoro inédito en su carrera con el que consigue alcanzar una nueva dimensión que se refleja en sus creaciones musicales, pero también en su personaje, caracterizado hasta ahora por una imagen oscura, íntima y con matices extravagantes. En esos nuevos sonidos vemos una Travis Birds mucho más transgresora y afilada, con el deseo recorriendo el disco como un hilo conductor.

Tras la “niña poetisa” saldrá al escenario -a partir de las 20.30 horas- la bilbaína Ana Fernández Villaverde, conocida como La Bien Querida. No es casualidad que su último disco se llame LBQ, La Bien Querida, el nombre artístico con el que se dio a conocer en 2009. Desde Romancero, su primer trabajo, hasta Paprika (2022), han pasado siete discos y un puñado de himnos. Faltaba, sin embargo, el mejor de todos.

LBQ es La Bien Querida intransferible y auténtica, más despojada de sonidos con los que ha experimentado en los últimos trabajos y religiosamente indie en la manufactura. Ana se desliza en su último trabajo por asuntos que tienen que ver con el amor, su llegada y su partida, y con estados de ánimo. En este ramillete de canciones está depositado el mejor ADN de una voz que se abrió hueco hace quince años y sigue construyendo una memoria a la que regresar.

Las localidades tienen un precio de 25€ si la compra es anticipada a través de la web (dphuesca.es/sonna-invitaciones), que se mantiene activa hasta el inicio del concierto. Los menores de ochos años tienen entrada gratuita disponible también en la web. Los menores de 15 años deben ir acompañados y los menores de 18 años deben portar el documento de menores que también se puede descargar en dphuesca.es.