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Chicuelo y Mezquida convirtieron la despoblación en poesía
Imagen: Puy de Cinca Puy de Cinca 18-08-2025 Festival Sonna Huesca

La aldea de Puy de Cinca vivió ayer uno de los conciertos más profundos y elaborados  del SoNna Huesca, de la mano de dos virtuosos de la guitarra flamenca y el piano de Jazz, como son, respectivamente, Chicuelo y Marco Mezquida, que llenaron de profundidad y poesía el pueblo en rehabilitación que sobrevivió al embalse de El Grado.

El escenario del Festival Sonidos en la Naturaleza se vestía ayer de gala para recibir a dos virtuosos de la música que giran por teatros y salas, y ayer tocaron a orillas del embalsado río Cinca. El público llenó el aforo previsto para sorpresa de los artistas, que venían de tocar en San Sebastián (Guipúzcoa) y cambiaban radicalmente de escenario. “Gracias de verdad por vuestra presencia, porque venir hasta aquí tiene su aquél”, dijo entre gestos de admiración y sonrisas Juan Gómez, “Chicuelo”. 

La aldea de Puy de Cinca, que debutaba ayer como escenario del SoNna Huesca, está lejos de todas partes,  pero desde 2014, el enclave a orillas del embalse de El Grado ha vuelto a la vida gracias a la asociación Laboratorio de Ruralización, que gestiona el espacio vacacional y centro de recuperación de medio ambiente a través del albergue Casa Salinas. Ellos ejercieron de anfitriones. 

El pianista menorquín y el guitarrista catalán estaban felizmente acompañados por el percusionista Paco de Mode, que fue el que más disfrutó, a la vista de la felicidad que expresaba. Su pasión y su risa llenaron el concierto. El trío repasó el tercer disco del dúo Chicuelo-Mezquida, la tercera entrega de un trabajo a cuatro manos que esta vez lleva por título Del alma (2024) y con el que llevan girando desde el año pasado. 

Maestros de sus respectivos estilos, el flamenco y el jazz, la fusión no puede ser más acertada. Se les compara con aquella pareja de piano y guitarra flamenca que formaban Michel Camilo y Tomatito, pero Mezquida y Chicuelo llevan la relación mucho más allá. En algunas ocasiones, a la música hay que nombrarla con M mayúscula. Porque es música nueva, que explora terrenos desconocidos y entra por los sentidos como un descubrimiento. Porque tiene tantas influencias -caribeñas, flamencas, jazzísticas, de la música clásica, mediterráneas, folklóricas- que es en realidad una nueva forma de hacer música con dos de sus instrumentos más nobles y básicos: el piano y la guitarra.

El público así lo valoró. Pero en lugar de aplaudir educadamente, jalearon y animaron al trío, sobre todo al final de recital. El aire libre provoca estas cosas. Que el público termina implicándose. El recital estuvo plagado de sensibilidad y poesía, y llenó de calor humano -el otro también estaba presente- un territorio árido y despoblado que no había tenido prácticamente quién le escribiera. 

Rosín de Palo en Albelda

El SoNna Huesca cierra hoy el fin de semana en el Paseo del Sifón de Albelda, tras el concierto de Guillem Gisbert en el castillo de Benabare el viernes, y el recital ayer en la aldea de Puy de Cinca. El certamen se traslada a la localidad literana de Albelda; en concreto al Paseo del Sifón, que también debutará como escenario del SoNna Huesca. El camino natural del Sifón de Albelda es un recorrido para celebrar un siglo de ingeniería hidrológica. La puesta en marcha del Canal de Aragón y Cataluña en 1909 transformó la agricultura de Albelda y el paisaje del entorno. El paseo del sifón es el último tramo del llamado camino natural de Albelda. Un paseo de acacias nos conduce al centro de interpretación, con bancos, mesas y paneles interpretativos que reciben al visitante.

En ese entorno tocarán Samuel Azorín y Mario Vidal, el dúo aragonés de Rosín de Palo. Tras haber formado parte de varias bandas y orquestas clásicas, Samuel y Mario formaron Rosín de Palo juntando lo mejor y peor de cada uno para crear su propio discurso musical, que toma la música clásica y/o contemporánea como punto de partida y la fusiona con nuevas sonoridades. Rosín de Palo se definen como dos estudiantes de conservatorio con muchas ideas y muchas ganas de experimentar, que combinan un contrabajo y un set de percusión para conformar el dúo musical más imprevisible de nuestra escena. 

En 2022 publicaron Lo que dura un recreo y un año después llegaría Abloke EP. El pasado año se enrolaron en su proyecto más ambicioso, Ñaque, y actualmente giran con el más atrevido: componer e interpretar en directo una banda sonora alternativa para la película Kirikú y la bruja (una iniciativa de Retina, Festival de Cine y Música de Zaragoza).