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Da Kamera en Jaca, una lección de estilo
Imagen: Da Kamera en Jaca Da Kamera en Jaca 12-08-2015 Festival Camino de Santiago

Organizado por la Diputación de Huesca, la noche del lunes acogió el cuarto de los conciertos del XXIV Festival Internacional en el Camino de Santiago, esta vez en la Iglesia del Carmen de Jaca. ‘Molto affettuoso' de Da Kamera es un espectáculo de "grandes emociones en formato camerístico". "Musica movet affectus", afirmaba en sus ‘Etimologías' del siglo VII uno de los doctores de la iglesia, San Isidoro de Sevilla. "Un músico no puede conmover si no está él a su vez conmovido", subrayaba en 1753 Carl Philipp Emanuel Bach, en su ‘Ensayo sobre el verdadero arte de tocar los instrumentos de tecla'. El componente emocional —o emocionante— de la música no cambió en esos más de mil cien años, y los excelentes músicos de Da Kamera están convencidos —y convencen— de que sigue inamovible: la música existe —y la hacemos existir— para mover los afectos, para conmover y emocionar. 

Como sucedió ayer en la Iglesia del Carmen, Corelli, Vivaldi, Bach y Haendel fueron sin duda hombres apasionados, y miles de personas disfrutaron de su música llenando iglesias, teatros o palaciegas salas de Roma y Venecia, de Londres y Leipzig. Los cuatro supieron condensar de manera magistral, en obras camerísticas escritas para tres instrumentos, las mismas emociones que en sus grandes Concerti, Óperas, Oratorios o Cantatas. Trescientos años después de su estreno, estas sonatas siguen vivas, conectando, conmoviendo.

Qué gran concierto el presenciado en Jaca. Temas como la ‘Sonata para violoncello y bajo continuo RV 44, en la menor', de Vivaldi, y la ‘Follia Sonata XII, del Op. 5' de Arcangelo Corelli sirvieron para mostrar el estado de gracia de la formación, con pasión e impecable factura. O su ‘Sonata para violín y bajo continuo Op.1, Nº13, HWV 371, en Re Mayor' de Haendel al final de la noche, maravillosa muestra del virtuosismo de cada intérprete de Da Kamera, en perfecto duelo, equilibrio y conjunción musical.

Fue un concierto redondo y brillante, con ritmo y estilo. Toda una lección de buen hacer. El violinista Hiro Kurosaki, el clavecinista Alberto Martínez Molina y la violoncellista Ruth Verona han compartido escenarios desde hace casi diez años, colaborando tanto como músicos de cámara como en distintas formaciones orquestales. Es justo hace un año cuando deciden fundar juntos Da Kamera, un grupo estable de música de cámara con el que explorar el extensísimo repertorio que existe para este trío de instrumentos: en la actualidad la música barroca y en general la así denominada música antigua participan en todo tipo de festivales, y gracias a ello el público está pudiendo disfrutar de un repertorio mucho más variado y extenso.