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De los orígenes primitivos de los teclados del Barroco a la aparición de las tecnologías actuales
Imagen: De los orígenes primitivos de los teclados del Barroco a la aparición de... 31-07-2025

Con la inauguración de la exposición ‘Bach y el teclado: el antes y el después’, el pasado 31 de julio en el Museo Diocesano de Jaca, comenzó oficialmente la XXXIV edición del Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS), que organiza Diputación de Huesca. El acto puso en valor el diálogo entre patrimonio, música e innovación, ofreciendo al visitante una mirada transversal al legado de Johann Sebastian Bach.

Comisariada por el músico y experto Luis Delgado, la muestra está formada por una treintena de instrumentos procedentes del Museo de la Música de Urueña (Valladolid), una de las colecciones privadas más importantes del país. A lo largo de la exposición, el visitante puede descubrir la evolución del teclado desde sus formas más rudimentarias hasta las tecnologías contemporáneas, desde un arco de boca camerunés hasta un micro-theremin digital de última generación.

Jesús Lizalde, delegado de Patrimonio de la Diócesis de Jaca, fue el encargado de dar la bienvenida en un acto que también contó con la presencia de Olvido Moratinos, presidenta de la Comarca de la Jacetania, y de Belén Luque, directora del Museo Diocesano. Durante la inauguración, el diputado de Cultura de la DPH, Carlos Sampériz, destacó la calidad y el rigor del festival, que en esta edición rinde homenaje al 275 aniversario de la muerte de Bach: “Es un festival que se organiza con gusto y detalle, y que ya es una referencia cultural más allá de la provincia”, afirmó.

Por su parte, el alcalde de Jaca, Carlos Serrano, celebró que su ciudad vuelva a ser anfitriona del certamen y subrayó la excelencia de la conferencia inaugural y su muestra expositiva. El director del FICS, Luis Calvo, puso en valor cómo “la influencia de Johann Sebastian Bach en la música trasciende generaciones, y su legado sigue siendo en la actualidad una fuente inagotable de inspiración para músicos y compositores”.

En el recorrido expositivo compartido por Luis Delgado brillan dos piezas únicas construidas por el recientemente fallecido Joaquín Saura, maestro organero nacido en Binéfar: la viola organista y el órgano de papel, ambos basados en diseños originales de Leonardo da Vinci. Esta es la primera vez que se exponen tras su muerte, lo que otorga al acto un carácter profundamente emotivo. “Saura fue un hombre excepcional, un artesano visionario que aún hoy nos inspira”.

La selección también ofrece un espacio para la reflexión sobre la pervivencia del legado de Bach en la música contemporánea. Instrumentos como el sintetizador tienen su lugar no solo como piezas tecnológicas, sino como herramientas que han contribuido a reimaginar a Bach para las nuevas generaciones. ‘Switched-On Bach’, el icónico álbum de Wendy Carlos, fue en su día el disco de música clásica más vendido de la historia, demostrando cómo la tecnología puede renovar la emoción por lo clásico.

‘Bach y el teclado: el antes y el después’ podrá visitarse en el Museo Diocesano de Jaca hasta el 24 de agosto, coincidiendo con el desarrollo del festival, que este año recorre trece localidades del Alto Aragón. La entrada general cuesta 2 euros, o está incluida con el acceso al Museo. Más que una simple colección de instrumentos, esta exposición se presenta como un viaje cultural y emocional, una invitación a escuchar, mirar y sentir la música desde nuevas y poderosas perspectivas.

La propuesta se alinea con el espíritu del FICS: tender puentes entre el pasado y el presente, entre lo popular y lo culto, entre el conocimiento y la emoción. En palabras de Luis Delgado, “algunos de estos instrumentos están íntimamente ligados a la música de Bach, como el clave; otros, como los sintetizadores, la han llevado a altísimas cotas de popularidad siglos después de su creación”. Esta coexistencia de tradiciones y tecnologías no solo enriquece la muestra, sino que subraya su carácter vivo y transformador. En definitiva, una exposición que emociona, enseña y conecta. Porque si algo demuestra esta muestra es que la música de Bach, como su espíritu, sigue latiendo en cada tecla, en cada invento, en cada intérprete que, siglos después, se deja guiar por su luminoso ingenio.