Dentro del XXXII Festival Internacional en el Camino de Santiago que organiza Diputación de Huesca, la noche del pasado sábado fue un día para la reconstrucción y el regocijo. El motivo, las ‘Danzas medievales en el Camino de Santiago’ de la mano de un Luis Delgado Sexteto, que mostró en la Ciudadela de Jaca todo su buen hacer y compromiso en estas tareas mayúsculas de investigación y rescate, tradición y pedagogía, para gozar después de un espectáculo tan riguroso como placentero en pos de la música antigua y medieval.
El programa fue estreno y se realizó por encargo del Festival. Reconstruir, y además las danzas de esa etapa, fue una apasionante aventura: “Presentamos un programa muy poco frecuente dedicado a la danza en el Camino de Santiago. Tanto el vestuario de las dos bailarinas como los instrumentos utilizados por el grupo son reproducciones facsimilares de la iconografía medieval. Se interpretó música de los principales manuscritos de la época, así como piezas de la tradición sefardí y andalusí”, subraya Luis Delgado, músico especializado en música medieval y andalusí, director del Museo de la Música de Urueña, y colaborador del festival desde sus inicios.
El Grupo de cuatro músicos intérpretes de Luis Delgado, con la colaboración de la bailarina especializada en repertorio histórico Gema Rizo y de su compañera Mónica Moreno, presentaron un acercamiento a lo que pudieron ser este tipo de bailes. “Hasta donde tenemos noticia, es la primera vez que se lleva a escena una reconstrucción de la danza en el Camino”.
El cuidado repertorio recogió obras contenidas en los manuscritos medievales relacionados con el Camino: Codex Calixtinus, Llivre Vermell de Montserrat y las Cantigas de Santa María de Alfonso X, entre otros. “Son obras que nos llegan directamente desde el pasado, y sacarlas del pergamino para ponerlas sobre el escenario fue una experiencia única, tanto para el público como para los intérpretes”, comparte gozoso Luis Delgado.
“Intentamos ser lo más accesibles para el público, contextualizando cada obra en su entorno y en su tiempo. Presentamos todas ellas, traduciendo los textos para que los asistentes puedan apreciar su valor y el contenido de cada relato”, apunta, diseñando la recuperación de cada obra fiel a su tono y estilo, y con la duración precisa para la conexión y comunión con el respetable, como se vivió la pasada noche en los Polvorines de la Ciudadela.
El secreto era este: “Nuestros conciertos invitan a que el público nos acompañe a otro tiempo en el que la velocidad y los conceptos vitales eran muy distintos a los nuestros y estas músicas, preservadas en los manuscritos y en la tradición, conservan intactas esas formas de percibir la existencia”, cuestión de velocidad, de escucha, de atención, descubrimiento y apertura a la sorpresa y, por qué no decirlo, con color, humor, duelo y una pizca de redención, también.
Y es que siempre, el Camino supone un desafío, “es muy duro de recorrer, pero también ha sido y es una fiesta para el espíritu y, dejando a un lado el cansancio, también para el cuerpo. Los peregrinos, según relatan los códices medievales, danzaban y cantaban dentro y fuera de los templos”. El programa ‘Danzas medievales en el Camino de Santiago’ celebrado y aplaudido en Jaca supo recrear con suma sencillez y casta maestría todos esos momentos.
Respecto al momento actual que atraviesa la música antigua, Luis Delgado cree que “existe un claro resurgimiento de la asistencia del público a los actos culturales”. Cuestión claramente a aprovechar en la agenda artística y vital. Será por ello que investigadores y formaciones deberán de ser “cada vez más exigentes en cuanto al rigor en la selección y documentación de los repertorios” de proyectos tan necesarios y bonitos como el interpretado el pasado sábado en el Camino de Santiago.