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La despoblación y sus consecuencias centran la presentación del libro sobre repoblación forestal
Imagen: Miguel Gracia, entre Tarazona y Llamazares, en la presentación. P. OTÍN Miguel Gracia, entre Tarazona y Llamazares, en la presentación. P. OTÍN 29-06-2019 Félix de Azara Publicaciones

La soledad de la administración local ante el problema de la despoblación es evidente y la capacidad de actuación de la misma es mínima, por eso mismo se necesita que la normativa que se dicta desde las administraciones de mayor ámbito territorial tengan en cuenta a la gente del territorio, se busque la complicidad del medio urbano, existan elementos como tasas por servicios ambientales que compensen a quienes viven en el medio rural y se dignifique a quienes viven en los pueblos.

Son algunas de las reflexiones que esta tarde han manifestado en la presentación del libro Pinos y Penas, su autor, Carlos Tarazona, así como el Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, y el escritor Julio Llamazares, que, como el mismo ha dicho, ha actuado a modo de "telonero" de la presentación de esta publicación que en la última gala de los Premios Félix de Azara obtuvo una ayuda a la edición.

El tema central de esta publicación es la reforestación realizada a mediados del siglo XX en la provincia de Huesca, los planes que se llevaron a cabo, las vicisitudes que vivieron tantos trabajadores que llevaron a cabo una labor ardua y cómo se incrementó la masa forestal del Altoaragón durante los treinta años (1941-1971) que se llevó a cabo esta repoblación forestal para compensar los efectos negativos de los avanzados procesos erosivos que se ubicaban en las cabeceras de los ríos y que a su vez provocaban la colmatación de los embalses oscenses de Barasona, La Peña o Arguis.

En la presentación, Miguel Gracia ha recordado dos elementos para visibilizar a nivel estatal los problemas que genera la despoblación: por una parte la importancia de literatura como la de Julio Llamazares con La lluvia amarilla, o la narrativa actual de otros autores, incluido el propio Carlos Tarazona, y por otra parte, un sistema educativo que incluya en su currÍculo el valor del territorio y de las gentes que habitan el medio rural.

Julio Llamazares ha manifestado su querencia y vinculación por la provincia de Huesca desde que descubriera los paisajes del Sobrepuerto a partir de 1987 y ha incidido que el problema territorial es la desvertebración demográfica del país, concentrando la población en grandes capitales y ha coincidido con Miguel Gracia al argumental que la despoblación es también un problema para quienes viven en las grandes ciudades.

Ha animado a dignificar el concepto del habitante rural y a llevar a cabo una actuación a nivel de Estado, en la que se priorice "el amor al paisaje". "La patria no son las banderas, sino el paisaje", ha dicho el escritor.

A través de casi 1.000 páginas, el libro refleja los resultados  de una investigación sobre la política forestal aplicada por el Patrimonio del Estado en la provincia de Huesca, narrando el proceso de compra del centenar de pueblos o pardinas, como sus vecinos tuvieron que irse tras vender sus propiedades, o en el menor de los casos, tras ser expropiados, y cómo estos lugares sirvieron de albergue a algunos de los trabajadores que reforestaban los montes, un trabajo duro, en muchas ocasiones realizado por vecinos de pueblos del territorio para obtener unos ingresos extras, por la labor de cavar hoyo tras hoyo y plantar miles de pinos, además de otras especies de árboles.

El libro incluye además un DVD con el audiovisual que el propio Carlos Tarazona realizó en 2006 acerca de la repoblación forestal llevada a cabo en la provincia de Huesca.