El dúo murciano y la Finca Valonga se fundieron ayer en un todo agrícola gracias a la música. El foklore huertano renovado con simples y sintetizadores resonó en un espacio en el que la agricultura se escribe con mayúscula. El numeroso público se entregó a los hermanos Hernández después de disfrutar de una cata de vino y de una visita a las instalaciones de la bodega.
El público superó de nuevo las previsiones y llenó los jardines exteriores de la Finca Valonga (Belver de Cinca), donde solo se echó de menos a la colonia de Pavos reales que desde hace años engalana sus dominios. La jornada comenzó con una cata de vinos de la Bodega Valonga y una visita a sus instalaciones, actividades que fueron el preludio perfecto para un concierto de carácter también eminentemente agrícola. El folklore murciano sabe a tomate y a pimiento, pero en manos de Maestro Espada incluye también aromas a kiwi y aguacate, o lo que es lo mismo: productos del siglo XXI encarnados en simples y sintetizadores.
Lo advirtieron casi desde el principio: “Nosotros con el folklore hacemos lo que nos da la gana”, antes de que sonara La despedida, una jota murciana que logró fundir los dos paisajes: el altoaragonés y el murciano. Sonaron jotas y mayos, canciones de trilla, seguidillas, boleros y parrandas. También sonó una sorprendente visión de Maquillaje de Mecano que no terminamos de entender. El crotoreo de la cigüeña y los graznidos finales de los Pavos reales (ayer no se oyó el glugluteo), que evitaron el espacio del concierto y se retiraron a sus dormideros casi sin ser vistos, aportaron los sonidos que faltaban para completar el ecosistema agrícola.
Víctor y Alejandro Hernández estaban acompañados ayer -como siempre, últimamente, en sus directos- por el batería Raúl Frutos, miembro de la conocida e inclasificable banda murciana Crudo Pimiento, que adapta las bases electrónicas del disco al lenguaje de cajas y platillos, y ayer por momentos parecían de una batería de death metal. El buen hacer en la percusión se sumó a las voces -en falsete las de Alejandro- las castañetas (esas cañas partidas habituales del sureste ibérico) microfonadas, el sintetizador y la guitarra eléctrica. Y sonó a un todo sólido, muy personal y fascinante a la vez.
Maestro Espada es el nombre de la calle donde vivían sus abuelos, pero también es el nombre del fundador de la primera banda municipal murciana, donde también tocó su padre. Es una suerte de resumen de su vida y de su actual proyecto de vida, el musical. Porque lo cierto es que los hermanos Hernández llegaron hace poco al folklore. Los dos vienen de bandas de rock y quizá por eso cantan y tocan mirando al suelo.
Karmento en Larrés
El SoNna Huesca viaja hoy mentalmente desde la Murcia de Maestro Espada a la Mancha de Karmento, otra referencia actual del neofolklore español nacida en Begarra, en la sierra albaceteña, que toca hoy en el Museo de Dibujo Julio Gavín-Castillo de Larrés. Porque el viaje propiamente dicho de la caravana del Festival Sonidos en la Naturaleza es hoy entre Belver de Cinca y Sabiñánigo, hasta las estribaciones del valle de Acumuer.
Rescatado de la ruina por la asociación Amigos de Serrablo en la década de los ochenta del siglo pasado, el castillo de Larrés, levantado entre los siglos XIV y XV, y ampliado en el XVI, fue declarado BIC en 2006. El castillo perteneció hasta el siglo XIX a la familia de los Urriés, nobles aragoneses. Su último propietario lo vendió a Amigos de Serrablo en 1983 por el simbólico precio de una peseta y la asociación encabezada por Julio Gavín empleó tres años en su restauración y adaptación museográfica.
Es en 1986 cuando abrió sus puertas el Museo de Dibujo Castillo de Larrés, donde hoy se exponen 380 obras -de las casi 5.000 que componen el fondo- repartidas en 17 salas. Referencia inexcusable del dibujo español contemporáneo, su colección abarca desde finales del XIX hasta la actualidad.
En sus recoletos jardines debutará en el SoNna Huesca la castellano manchega Karmento, una artista folklórica manchega que inicia su andadura en 2012, residiendo en la isla de Malta. Allí se relaciona con músicos internacionales y comienza a escribir las canciones de su primer álbum: Mudanzas.
A partir de 2020, con la publicación de Este devenir, un disco a medio camino entre el folklore y el pop, se posiciona como uno de los grandes nombres del neofolklore español. Las canciones de Este devenir parten de la canción de autor y caminan a través de la copla, el flamenco, la música étnica o las seguidillas manchegas. Karmento completó con este trabajo una gira con más de 130 conciertos.
En 2023 participa en el Benidorm Fest con su canción “Quiero y duelo”, con la que fue finalista y obtuvo dos nominaciones a los Premios MIN.
Con la aparición de La Serrana (2024), la artista manchega dio un paso más hacia el folklore más vanguardista que, sin embargo, mantiene su más pura esencia. Karmento se ha inspirado en las mujeres de su pueblo y en su propia identidad para profundizar en su raíz serrana y realizar un viaje emocional y narrativo que atraviesa la vida y la memoria de su pertenencia.
El concierto está previsto a las 19.30 horas en los jardines del museo, pero la organización ya baraja una alternativa si se confirman las previsiones de lluvia.