Entre las 10 de la noche y las 7 de la mañana, la actividad se dispara en una de las cajas-nido instaladas en el entorno del CIET de Graus. Una pareja de autillos ha anidado en ellas y en unos días romperán el cascarón los primeros polluelos.
A través de un contrato firmado con la Asociación UECO, el centro, ubicado en la localidad ribagorzana de Graus, reforzó el pasado año su visión sostenible del entorno con la instalación de estas pequeñas casetas para aves rapaces, que además de conservar especies actúan como plaguicidas biológicos de insectos y roedores.
En el interior de una de las cajas se instaló recientemente una cámara para poder ver en tiempo real el ciclo biológico de estas aves: puesta de huevos, nacimiento de polluelos y su crecimiento, un tema de especial interés para la población, pero sobre todo para los más pequeños, por el aspecto salvaje y misterioso de estas especies.
Los primeros en habitarla han sido una pareja de autillo europeo (Otus scops), el ave rapaz nocturna más pequeña de la península ibérica, muy sensible a las transformaciones del hábitat y con una alimentación basada en insectos, que caza al vuelo o al acecho, aunque en época de cría también puede alimentarse de pequeños roedores, reptiles o anfibios.