El programa ‘Divina et Humana’ del Dúo Orpheo que sonó la pasada noche del martes en la Colegiata de Bolea fue un nuevo estreno del XXXII Festival Internacional en el Camino de Santiago. Formada por Eugenia Boix y Jacinto Sánchez, la aplaudida formación tiene una dilatada trayectoria de muchos años en la música antigua y en el repertorio de voz con acompañamiento de cuerda pulsada, buscando siempre interesantes propuestas para trasmitir emociones ‘afectos’ al público oyente que asiste a sus conciertos.
Para la soprano montisonense Eugenia Boix, la carta invitación de Tonos Humanos y Divinos del Barroco español es una joya del patrimonio musical de nuestro país: “la voz sin más que el acompañamiento de la pequeña guitarra barroca, embellecen más estas piezas al presentarlas en esencia más pura y más desnuda”.
Por la Colegiata de Bolea desfilaron con brío las notas de Juan Hidalgo, uno de los compositores más importantes de la música teatral de la época y pionero en la producción de ópera en España y de Zarzuela; los sonidos de José Marín, uno de los más importantes autores de los llamados tonos humanos, “ya que su obra contiene 51 de estos tonos y realmente son patrimonio musical español”; y también grandes guitarristas barrocos españoles como Gaspar Sanz o Santiago de Murcia, toda una selección delicatesen que el engrasado dúo realizó con grandes dosis de acierto y alma.
La conexión entre los intérpretes y el público se tejió con empatía y luz, disfrutándose desde el mismo comienzo de la actuación. Animadas piezas que alternaron emociones y estados —sin olvidar el leitmotiv del festival: música y fiesta, “que van unidas de la mano”—, conformando un recital precioso, donde la gran poética dramedia de la soprano Boix lideró con maestría única cada uno de los temas, junto con los matices, tonos y tiempos de Sánchez, que con talento y con su destreza y erudición con cada instrumento sirvieron para presentar un directo exquisitamente ejecutado, así como celebrado.
Dice bien Eugenia Boix sobre la necesidad de escuchar no sólo la música sino también las letras de sus composiciones, “pues cada una tiene su mensaje, su carácter y nosotros intentamos dar a cada una su propia personalidad”. De esta manera se pudo disfrutar en Bolea de sus diversas fuentes de sabiduría y conocimiento, de la aventura y pericia de sus relatos y de la maravillosa atmósfera creada a partir de cada una de ellas, todo un lujo.
Contentos e ilusionados con nuevos proyectos por España y Europa, para Dúo Orpheo el 2023 tiene muchas más oportunidades, puesto que se ha vuelto a recuperar casi totalmente el ritmo de años pasados: “Estamos en un momento muy activo, retomando la actividad y haciendo nuevos programas, también con repertorio rescatado de investigaciones recientes que pronto sacaremos a la luz”.
Para la brillante formación, la música antigua y barroca atraviesa por un dulce momento, “si bien es cierto que el reto más importante sería atraer a un público más joven a las salas de concierto: en cierta manera, engancharles a escuchar y a conocer la música antigua en general, desde los colegios, institutos y desde los conservatorios y escuelas de música”. Todo un gran reto para conseguir futuros públicos en el apasionante mundo de la creación y de la cultura de este género y etapa indispensable.