Neones, confetis y crestas protagonizan la II Jornada del Ribagorza Pop Festival
Imagen: Neones, confetis y crestas protagonizan la II Jornada del Ribagorza Pop... 28-06-2008
La segunda jornada del Ribagorza Pop Festival 2008 ha expresado claramente la característica principal del festival oscense; mostrar la diversidad de la musical nacional.Se presentaron siete propuestas radicalmente expuestas que evidenciaron la calidad y pluralidad de nuestra música y su vitalidad. Veteranos y noveles artistas hicieron vibrar a un público que se convirtió en protagonista absoluto de la jornada durante más de siete horas de espectáculo.


Ludotech fueron los encargados de abrir la jornada, deleitando con una sorprendente actuación donde concentraban todo tipo de estilos y géneros musicales, sin rubor y con maestría. El cañí hispano unido al techo-pop, daba paso a merengues, cumbias, ambients, incluso psicodelias, glam y multitud de matices. Nada extraño. Tras las mascaras se esconden dos de los máximos protagonistas de nuestra música a nivel nacional, si bien la mayoría de sus agitaciones las realizan desde Huesca.

Descanso para cenar y traslado al Centro Recreativo Gradense. Dos escenarios técnicamente perfectos donde el trabajo de artistas y técnicos se compatibiliza con el de los medios de comunicación, donde las molestias al público son prácticamente inexistentes. Desenvoltura en el acceso, perfecto el sistema de control de entradas y salidas que garantiza la seguridad y control del público asistente, conociendo exactamente el número de espectadores presentes en cada momento, y con ello facilitando entrada y salidas de asistentes evitando el mercadeo de entradas, falsificaciones y fraudes diversos. Adelantos técnicos no habituales en la mayoría de los festivales que se realizan por todo el país.

Pero un festival es sobre todo música y ambiente. Con puntualidad abrieron El Eterno Proyecto grupo local musicalmente muy amplio, con temas propios, que poco a poco van encontrando un espacio proporcionado en la música aragonesa. Tras la actuación de los de Graus tomó el relevo los zaragozanos El Vicio del Duende. Los antiguos integrantes de Rienda durante casi una hora repasaron un repertorio amplio, con letras pegadizas, fáciles de recordar, dejando entrever las influencias de otros grupos nacionales de pop-rock contundente.

Era medianoche cuando subieron al escenario principal Dover. El grupo de las hermanas Llanos dieron un repaso a algunos de sus temas más conociendo que han marcado una carrera de quince años y más de un millón de discos, legales, vendidos. Comenzaron con "Keepmoving" y durante sus noventa minutos de actuación mostraron la contundencia de sus directos, arropados con una escenografía muy medida donde todo estaba controlado, dejando poco margen a la improvisación. Una fórmula diseñada hace años y que sigue siendo enormemente atractiva deleitando a un público absolutamente entregado y que les ha convertido en toda una referencia musical a nivel internacional.

Tras el paso del grupo liderado por las roqueras madrileñas otra madrileña, Monte Palafox, tomaba el relevo para mostrar una propuesta mestiza, entre la capital española y Londres, citándose todo tipo de contrastes, algunos muy opuestos; aires de arrabal, voces gitanas y melodías cruzadas unidos en un puchero musical de irreverentes etiquetajes.

Facto Delafé y las Flores Azules es una banda barcelonesa compuesta por Marc Barrachina, Oscar D'Aniello y Helena Miquel que han protagonizado el pop nacional de los últimos años. Premiados por diferentes motivos y facetas, han participado musicalmente en campañas publicitarias y bandas para cine, convirtiéndose en un grupo pop de culto, cautivando con sus melodías fáciles y sencillas a la mayoría del público que les acepta fácilmente, que se implica en un espectáculo sencillo y quizás por ello tiene más merito la cercanía y las sensaciones que se transmiten y retroalimentan. Más cercanos al pop y al soul, no tienen inconveniente en parafrasear a ritmos de hip-hop consiguiendo la complicidad durante todo la actuación.

"Quiero ser santa" fue el primer tema elegido por Miguel López Mora, Digital 21, para abrir su concierto y con ello justificaba por donde iba a transcurrir su actuación. Canciones intensas, contundentes, desgarradas e impactantes que hicieron bailar a los asistentes, donde maquinas y guitarras encontraron la complicidad de un público entregado desde el primer tema. Fin de fiesta perfecto para una noche donde se mostró una parte de nuestra diversidad musical, donde los neones de Dover, dieron paso al confetí de Facto de la Fé, finalizando con la cresta de Digital 21. Pluralidad musical que también se reflejaba el público que disfrutó en todos los sentidos.