Hemeroteca 2021

El SPEIS hace un llamamiento para el cuidado y mantenimiento de las chimeneas para evitar incendios en viviendas
Imagen: Incendio el pasado febrero en una caseta agrícola originado en la chimenea Incendio el pasado febrero en una caseta agrícola originado en la chimenea 03-12-2021 La Diputación

Con la llegada del invierno se intensifica el uso de las chimeneas en muchas viviendas, principalmente del medio rural. Para aumentar la seguridad y evitar los incendios derivados de un deficiente mantenimiento de las mismas, el SPEIS hace un llamamiento para revisarlas y ponerlas a punto, mejorando con ello la seguridad y reduciendo el riesgo de dichos fuegos. 

Como todos los sistemas productores de calor, recuerda el SPEIS, las chimeneas conllevan un riesgo si no se mantienen, utilizan y aíslan correctamente, lo que anualmente provoca numerosos fuegos que podrían evitarse siguiendo una serie de sencillos pasos, centrados en el mantenimiento y uso adecuado. 

Respecto al primero, el mantenimiento periódico, es fundamental limpiar las paredes del conducto de escape o tiro de la chimenea, pues allí se depositan los aerosoles que destila la madera al arder. Al acumularse crean una costra que, si adquiere cierto grosor, se puede poner incandescente y arder. 

En este sentido, es importante también deshollinarla todos los años si se utiliza la chimenea a diario durante todo el invierno. Si el uso es ocasional, se recomienda realizar esta limpieza cada dos o tres años como máximo. 

En cuanto al uso adecuado, el SPEIS recuerda que debe evitarse la sobrecarga de leña (que deben estar secas para dar más calor y evitar a la vez el riesgo de incendio), pues una emisión de calor excesiva aumenta el riesgo de generar un foco de ignición en algún punto del tiro. El roble, encina o haya, maderas secas y duras, generan menos creosotas (la citada costra alquitranada) y tienen mayor poder calorífico que las húmedas o blandas, como son el pino y el chopo. 

Es importante crear una zona de seguridad junto a la chimenea, evitando colocar material combustible como muebles o ropa húmeda a menos de dos metros del fuego, así como mantener una ventilación constante de la estancia, pues la combustión consume oxígeno y el nivel de monóxido de carbono puede aumentar peligrosamente. 

Finalmente, es fundamental asegurarse de haber apagado por completo el fuego.