Ermita de Santa María de Iguácel. Jaca
Escondida en el fondo del hoy casi deshabitado valle de la Garcipollera que recorre el río Ijuez se encuentra la ermita y antiguo monasterio de Santa María de Iguácel, construida a mediados del siglo XI. El templo se asienta sobre una recoleta pradera rodeada de bosque y rematada por una fuente manantial que confiere al lugar un aire mágico.
Destaca de Santa María de Iguácel su excelente grado de conservación tras ser restaurada entre 1976 y 1982 por la Asociación Sancho Ramírez, cuando se descubrieron los magníficos murales pictóricos de los ábsides, datados a mediados del siglo XV. La reja románica de forja y la virgen titular se conservan en el Museo Diocesano de Jaca. El templo, declarado BIC en 1990, es de una excepcional belleza, igual que el entorno, y está directamente relacionado con la Catedral de Jaca por elementos escultóricos y decorativos.
El acceso se realiza desde Castiello de Jaca. Tras varios kilómetros de asfalto, a partir de Villanovilla restan seis kilómetros de pista forestal accesible para casi cualquier vehículo, aunque se recomienda el todo terreno.
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