La Diputación de Huesca destinará 400.000 euros para potenciar la producción trufera durante 2006, una alternativa viable para revitalizar la economía de muchas poblaciones altoaragonesas. La Comisión de Iniciativas Locales ha dado el visto bueno a la convocatoria y bases de unas subvenciones destinadas a establecer nuevas plantaciones para el cultivo de la trufa, así como a hacer más competitivas las ya existentes, sufragando las inversiones de instalación de cercados y sistemas de riego en las parcelas. La creación de 250 hectáreas dedicadas a este cultivo en la provincia confirma el interés mostrado por la DPH para diversificar la actividad agraria en el Alto Aragón.

La convocatoria establece que los beneficiarios de estas ayudas podrán ser "personas físicas o jurídicas que sean titulares de derechos reales de propiedad, posesión o usufructo sobre las tierras en la provincia de Huesca". La cuantía de la subvención asciende a 3.600 euros por cada hectárea de cultivo. A finales del mes de febrero se publicará en el Boletín Oficial de la Provincia la convocatoria aprobada hoy por la Comisión de Iniciativas Locales, fecha a partir de la cual los interesados contarán con tres meses para la presentación de solicitudes.

El Presidente de la Comisión, Javier Mur, destaca "el aumento en la cooperación con el Gobierno de Aragón para lograr dar cabida a más productores", a la vez que recuerda que "estas ayudas son complementarias a las que el ejecutivo autónomo destina a forestación". Con ello, la Institución provincial pretende aprovechar las óptimas condiciones que presentan algunas zonas del territorio altoaragonés para este cultivo con planta micorrizada. La trufa negra es el fruto de un hongo al que científicamente se le conoce como Tuber Melanosporum.

Desde que en 2002 se puso en marcha este plan de ayudas, la Diputación de Huesca ha visto en esta alternativa al cultivo tradicional ventajas desde el punto de vista ecológico, social y económico. Entre ellas, destaca el hecho de que favorezca la recuperación de masas forestales y la formación del suelo. La trufa negra puede ser rentable en superficies reducidas y tiene un alto valor comercial, hasta convertirse en una importante fuente de ingresos en países como Francia e Italia.

"El programa -según señala Javier Mur- está superando las previsiones iniciales, logrando que sólo el año pasado 40 truficultores pudieran beneficiarse de las ayudas". A esto hay que unir el creciente interés de productores y consumidores por este hongo que contribuye a mantener a la población en el medio rural. En una campaña que el diputado de Iniciativas Locales califica de "floja" por las condiciones climatológicas, "se pone de manifiesto la importancia que este recurso natural está alcanzando ya en algunos puntos del territorio altoaragonés", indica.

En la convocatoria de 2006, las especies a utilizar serán encina o roble a razón de entre 250 o 300 plantas por hectárea.