Construido en 1935, el edificio del Instituto de Estudios Altoaragoneses dispone de varios accesos para el público, solo uno de ellos (el de la parte trasera) cuenta con una rampa, pero su pendiente impide que pueda ser utilizada por personas con movilidad reducida y su uso se reduce a la entrega de materiales y suministros. Para hacer accesible este edificio a toda la ciudadanía, la Diputación Provincial de Huesca ha abierto el proceso de contratación de las obras para, entre otros objetivos, suprimir las barreras arquitectónicas en estas instalaciones.

Estas no solo se refieren a los accesos al edificio, sino también a servicios básicos como un aseo adaptado. El Presidente del Consejo Rector del IEA, Francisco Mateo, explica que “el único aseo de la planta baja, ubicado junto un pequeño almacén, no está acondicionado. La adecuación de este, así como de los accesos, es básico para abrir el Instituto a toda la población y favorecer su participación en las diferentes actividades que en él se organizan a lo largo de todo el año”.

Con una inversión de 300.000 euros, el proyecto incluye también la mejora de la pavimentación de la entrada, el derribo de garajes y la reparación de las humedades que, con el paso del tiempo, han ido apareciendo en la infraestructura, “un problema generalizado pero que es especialmente preocupante en la fachada posterior y en la planta sótano”. Mateo recuerda que en el momento de su construcción no se instaló un sistema de recogida de lluvias en la cubierta del edificio, lo que ha llevado a la acumulación de humedad y deterioro de la edificación.

Además de lo descrito, está previsto también el derribo de los garajes ubicados en el fondo de la parcela del IEA, que se encuentran junto al espacio utilizado, entre otras actividades para las “Noches Mágicas”. Allí se creará un espacio al aire libre, abierto a todos los ciudadanos, en el que se llevarán a cabo ciclos de conferencias, presentaciones de libros y otro tipo de actividades culturales.