25-04-2007 El Festival EN LA LínEA, impulsado por la Diputación de Huesca, cerró el pasado domingo sus puertas tras cinco días de conciertos y actuaciones con la espectáculo de Rachid Taha, que encandiló a los espectadores que acudieron al Pabellón el Sotet atraídos por la genialidad del músico franco-argelino. Para quienes no lo habían escuchado antes, Taha supuso el auténtico descubrimiento de un extraordinario hacer musical que aúna todos los condimentos necesarios para ofrecer un concierto inolvidable. Salió con sombrero, pero sin gafas oscuras, y con su sola comparecencia en el escenario conquistó a un público que permaneció en intenso diálogo con el cantante a lo largo de todo el concierto. Raï, châbbi, maluf - los ritmos magrebíes-, se mezclaron con techno, r&b, punk y, por supuesto, rock, en la voz de este rockero de pura sangre y en las notas que ofrecieron sus excelentes músicos. Una exquisita e inigualable mezcla de géneros que sólo puede lograr quien, como Taha, asegura que "los géneros no existen".
Su debilidad por el flamenco, y en especial por Camarón, asomó también en el escenario del pabellón el Sotet, donde Rachid Taha brindó un espontáneo y breve, pero genuino homenaje al cantaor de la Isla. Invitó a sus músicos a interpretar acordes y quejidos flamencos en medio de sus canciones, enlazando a la perfección los sonidos árabes con el sentimiento flamenco para mostrar una vez más su eclecticismo, que es, a la vez, el modo más exacto de reflejar su admiración por las diferentes manifestaciones de la música.
Tras el espectáculo de Rachid, Los Gandules, acompañados de los volcánicos Somardas, pusieron la nota de humor y el punto y final a la tercera edición del festival. En la discoteca Florida 135, cinco DJs aragoneses: Grime (Zaragoza), Chelis (Zaragoza), Pen de Hoo (Zaragoza), Retronouveau (Javier Orduña y Héctor Herrera) (Zaragoza) y Javimar (Huesca) ofrecieron un espectáculo especial con nombre de la tierra.
Fangoria y Continental Breakfast , protagonistas de la jornada del viernes
Cerca de catorce horas de músicas muy diversas caracterizaron la jornada del viernes de EN LA LínEA, que se puso en marcha a las cuatro y media de la tarde con la actuación de Bigott. Se trata de una de las bandas emergentes nacionales, que el pasado año se coló por méritos propios en las listas indies más importantes del país con su segundo trabajo That Sentimental Sandwinch.
La psicodelia dio paso a una manera peculiar y diferente de entender la música tradicional, donde improvisación y guiños a estilos complejos y diversos se unen en la propuesta de ChinaChana con la pretensión, muy digna, de renovar nuestra música popular. El Vicio del Duende tomaron el relevo para presentar parte de su último disco recientemente puesto a la venta Mil y un desvelos. Buen directo, letras pegadizas e influencias musicales diversas, son las características de este joven grupo premiado el año pasado en el concurso "A Tot Estrùs" organizado por el Ayuntamiento de Zaragoza.
A principios de los años noventa Vicente Gabasa formaba parte del grupo Crisis. Ahora vuelve a los escenarios para realizar un pop característico de aquellos años que recoge en su primer trabajo en solitario De vuelta a casa. Fue la última actuación de la tarde-noche en la Sala Florida 135. La fiesta nocturna comenzaba pasada las once de la noche en el Pabellón El Sotet con la actuación de Fangoria, nombre tomado por Olvido Gara y Nacho Canut de una famosa revista de terror estadounidense. Forman parte de la historia de nuestro pop y nadie puede quitarles el merito de haber iniciado aventuras complejas y dispares. El concierto forma parte de la gira de presentación de su último disco, El extraño viaje, que le va a llevar a más de cuarenta ciudades en los próximos meses. "Fantasmas" fue el tema de introducción que evidenció lo que la noche iba a deparar. Descarga de canciones prácticamente sin interrupciones, directas para disfrutar y bailar, donde la tecnología digital tiene un papel esencial. "Plegarias atendidas", "Si lo sabe dios que se entere el mundo", "Ni contigo ni sin ti" inauguraron la sesión de hora y media, adornada con coreografías, cambios continuos de vestuario, y donde las luces tienen un papel esencial, buscando la complicidad del público.
Con los bises de rigor finalizaba la noche en el Pabellón y el espectáculo se desplazaba de nuevo a Florida 135 donde otro tipo de fiesta absolutamente opuesta, que se iniciaba con Continental Breakfast, el nuevo proyecto de Arto Tunçboyaciyan rodeado de algunos miembros de la Orchestre National de Barbes y de Aly Keita. Demostraron que no es necesario recurrir a ningún tipo de truco escénico, ni digital, para poder disfrutar y hacer partícipe al público de un concepto festivo diferente, absolutamente contemporáneo. La fuerza de las voces, los instrumentos y la improvisación son las armas utilizadas desde siempre para que la fiesta pueda perpetuarse.
Sobre las dos de la madrugada le tocó el turno a El Tío Carlos. Lo suyo es rumba catalana, como también lo eran las canciones de Peret o Gato Pérez, con un toque personal, influencias diversas e ingredientes que obligan a la comparación. Sus letras elaboradas, los guiños al pop o a la música magrebí le dan un toque personal con el que se metió al público en el bolsillo.
El Galgo Rebelde "se pasea de la mano del rock por los arrabales de otras fronteras musicales" así se definen y es una manera de resumir una excelente propuesta que por serlo, no se han quedado anclados en el pasado. Un sonido propio con muchos matices y con textos de mucha calidad. La fiesta culminó con Electroputas el dúo compuesto por Toni Bello y Edu Chifoni que desde los platos hicieron bailar con su collage de beats y breaks fusionados con timbres musicales añejos.
Explosión de ritmos diversos con Ojos de Brujo
En la jornada del sábado y como cabeza de cartel, llegó la actuación de Ojos de Brujo, con la grata sorpresa del DJ Awal, colaborador, entre otros, del gaitero Xosé María Budiño, que demostró la excelencia en la fusión de la electrónica con las influencias tradicionales.
Awal Mohamadu, DJ Awal, es una de las referencias más interesantes de las músicas magrebíes actuales. Periodista de la parisina Radio Nove forma parte del colectivo New Bled "nueva mezcla" formado en 1998 por activistas musicales y sociales que animan las noches parisinas del Cabaret Sauvage y el Divan du Monde. Dos espacios emblemáticos en la fusión de las músicas tradicionales con la electrónica. Pero también ha sido invitado a festivales como Batofar, Elysée Montmatre, Triptyque, Nouveau Casino o el Techno Parade 2003 en el Barbes Tour Festival... Sus mixes constituyen todo un recorrido y exploración de ritmos diversos gnawa, alaoui, cabil, oriental, reggae... en clave dub, house y tecno, que le convierten en la cabeza más visible del "oriental house" y del "electro oriental".
Awal comparte escena con MC Hicham que rapea en francés, español y árabe acompañando sus intervenciones con las qraqeb, percusiones típicas gnawas. Todo ello se complementa con imágenes tradicionales, algunas en clave de comedia, antiguos anuncios publicitarios y portadas y afiches musicales que ayudó al baile sin pausa de los asistentes que se congregaron en esta actuación en el Pabellón El Sotet. Hace unos días actuaron en Argentina y había expectación por volver a ver otra actuación tras los cambios en la dirección profesional del grupo -no en la artística- que se han producido recientemente. El mejor resumen de su actuación es excelente.
Ojos de Brujo lleva años exportando una música propia de múltiples sabores por medio mundo. Su punto de partida es el flamenco y desde ella se aproximan a todo tipo de ritmos, incluido el funk, con magníficos resultados. Para ello se nutren de excelentes músicos de procedencias diversas. Dominan el escenario como pocos y desde allí al público absolutamente entregado desde el primer toque. Se trata de una música, una manera de entenderla, que fluye por un carácter democrático y autogestionado. Es la apuesta de la independencia. La libertad de no depender de ninguna multinacional de la cultura para poder desarrollar proyectos ambiciosos y aceptados mayoritariamente. Sus tres discos y sus múltiples conciertos han cautivado a miles de personas, como lo hicieron en Fraga, donde los asistentes no dejaban de bailar pasadas las tres y media de la mañana pidiendo la vuelta del grupo al escenario.
Fue el punto final de los conciertos, que no de la noche que se prolongó en la Sala Florida 135 con las habituales sesiones del sábado con DJs primer nivel internacional.