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Muera Cupido pero vivan los vientos que traen la dicha del amor
Imagen: Muera Cupido pero vivan los vientos que traen la dicha del amor 11-08-2022

En el marco del XXXI Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS) que organiza la Diputación Provincial de Huesca (DPH), la noche del pasado miércoles acogió el segundo concierto del certamen que se celebraba en la Ciudadela de Jaca, con la tarjeta de visita de la catalana Nuria Rial, una de las sopranos europeas más poderosas con más de treinta álbumes a sus espaldas, galardonada con el XIII Premio Traetta? por su pasión en el dar voz al redescubrimiento de las raíces del patrimonio musical europeo. Y con ella, delante y detrás, la Accademia del Piacere bajo la dirección del violagambista sevillano Fahmi Alqhai, que siempre programa el Festival con objeto de poner en valor sus maravillosas y provechosas propuestas musicales, comprometidas con el rescate de partituras a la vez que con la actualización más moderna e ingeniosa de sus proyectos.

Así, con el nivel de tales intérpretes, se arrancó —y se terminó— bien alto. En sus alforjas de tono y timbre, ‘Muera Cupido’ ya había sido premiado por la industria discográfica alemana con el Opus Klassik al Mejor Recital de Ópera a nivel mundial, por lo que no extrañó el gran éxito en su estreno aragonés en esta cómplice Ciudadela de Jaca, con vítores y aplausos para un proyecto que ya lleva seis años de vida enriqueciéndose e inundando de bienestar los oídos de quien lo escucha.

El directo lo conformó una magnífica selección de música teatral española de alrededores de 1700, justo en el cambio a la italianización de la música española, fecha más que clave. Desde el escenario de los Polvorines sonaron los dos grandes nombres de la música barroca española: Sebastián Durón y José de Nebra, autores más que significativos en ese cambio. El primero, con el advenimiento del estilo italiano a nuestras músicas, y el segundo, como meteórico y gran organista español.

En tiempos actuales donde Narciso triunfa sobre Eros —Martina Burdet dixit—, ‘Muera Cupido’ conlleva además una declaración de intenciones para la reflexión y su deleite. Poética y dramática fueron bellamente conjugadas en la escena, que esta vez animó el viento contra la marea de las lluvias. Y hablando de Eolo, dios de los vientos, en un directo con pinzas agarrando partituras, el grueso de intérpretes sopló ‘Viento es la dicha de amor: Selva florida’, donde José de Nebra recordaba el clásico morir de amor, pero como pócima y sabiduría, el mismo del ‘Amor aumenta el valor: Adiós, prenda de mi amor’, que escribiera también el compositor español más importante del siglo XVIII.

Los arranques de la guitarra barroca invitaban a arias de zarzuela. Brío y colorido de instrumentos y voz se fundían en esta fiesta naturalista y engalanada, marcada por la emoción y la alegría sonoras, pues la propuesta de ‘Muera Cupido’ es, ante todo, un canto a la vida y una preciosa oda lírica al talento y la creatividad musical para un gran equipo en plenitud. El viento, amable y largamente juguetón, invitó a un gran bis para terminar el concierto: la ironía de ‘La noche tenebrosa’ del Juan Hidalgo, con letra de Juan Vélez de Guevara, de su zarzuela ‘Los celos hacen estrellas’.

Como subraya Juan Ramón Lara, violagambista y oficina de producción de Accademia del Piacere, la formación siempre ha sido reconocida “por hacer la música muy viva, muy comunicativa. Entre el academicismo y el ‘toucher’ al público, lo segundo siempre”. El entusiasta público jaqués así reconoció el rigor y las libertades de estos grandes músicos, esta vez en una noche de luna llena que presidía, romántica, el Polvorín de la Ciudadela de Jaca.

Además de ‘Muera Cupido’, Accademia del Piacere acaba de lanzar ‘Colombina’, otro maravilloso disco con el cancionero del siglo XV custodiado en la Biblioteca Colombina de Sevilla. En estas, ahora que acaba de fallecer Taruskin, para Juan Ramón Lara es buen momento para reflexionar sobre el movimiento HIP o de los llamados ‘instrumentos originales’, “porque el gran trabajo está hecho y se ha llegado a un cierto punto muerto, al menos los grupos que se limitan al ‘gran repertorio’ barroco, que está casi tan agotado como el sinfónico. Nosotros afortunadamente tenemos aún mucho terreno virgen en la música española, y además hacemos proyectos que se salen de la ortodoxia HIP”. Vivan pues todos estos proyectos, y todas estas grandes intenciones.