Schola Cantorum Paradisi Portae actuó en Jaca dentro del XXXIII Festival Internacional en el Camino de Santiago
La noche del pasado viernes, la Catedral de Jaca acogió el último de los grandes conciertos del XXXIII Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS) que organiza la Diputación de Huesca. Tocó el turno a Schola Cantorum Paradisi Portae con un precioso, respetuoso, riguroso y medido programa sobre el ‘Oficio gregoriano de la traslación de San Indalecio’, en colaboración con el musicólogo Santiago Ruiz y el Proyecto I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación ‘Spanish Early Music Manuscripts Project II’, para uno de los primeros ejemplos de composición gregoriana de este género en la península, de finales del siglo XI.
Se trató de una oportunidad única y diferente de acercarse al monasterio de San Juan de la Peña, en esta ocasión sonora, ya que se recreó la Liturgia de las Horas en un día tan importante para el monasterio pinatense, la celebración del traslado de las reliquias de San Indalecio desde Urci, Almería, a San Juan de la Peña. En una catedral tan atenta como abarrotada sonaron las antífonas y responsorios de maitines, laudes y vísperas compuestas para esta festividad, cuyos textos y melodías muestran la devoción y la importancia del hecho. Además de ser una recuperación del patrimonio musical medieval oscense, el hecho de que se conserven las reliquias del santo bajo el altar de la catedral lo hizo todavía más especial e intenso.
Testigo de la llegada del cuerpo de San Indalecio a San Juan de la Peña el 28 de mayo de 1084 fue un monje de Cluny, llamado Hebrethme, el cual, por petición del abad Sancho, recogió la aventura que dos monjes vivieron junto a su protector García, un prohombre pirenaico, en su viaje a ese sur de la península y vuelta con los restos del santo. En la Catedral de Jaca se interpretó toda una joya del siglo XII, un breviario del propio cenobio pinatense que se conserva en la biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Su bello y sentido acercamiento desde el canto gregoriano se basó “en el conocimiento de las primeras escrituras musicales y el estudio de la semiología gregoriana. Por medio de este estilo nuestras interpretaciones sorprenden, ya que nos da la oportunidad a aplicar detalles y sutilezas a las melodías gregorianas y del canto llano que las grafías posteriores no señalan”, destaca Alberto Cebolla Royo, director de la formación y catedrático aragonés de Musicología del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Transferir investigación
En permanente encrucijada varia, para el experto zaragozano el punto de un cruce de caminos en las artes es productivo y casi siempre enriquecedor, “ya sea por ampliar estéticas, o como en nuestro caso, y es bandera de la Schola Cantorum Paradisi Portae, la colaboración con la investigación musicológica, histórica o artística. Nuestro 2024 está siendo un punto de inflexión para nuestra agrupación, siendo muy importante en su crecimiento la colaboración con otras agrupaciones en vertientes artísticas tan diferentes como el teatro tardomedieval o la interpretación de repertorio contemporáneo con técnicas extendidas intercaladas entre nuestro repertorio más habitual”.
Además de poder llevar a partir de ahora este programa del patrimonio aragonés del ‘Oficio de la traslación de San Indalecio’ a otros festivales y localidades nacionales e internacionales, la intención de la Schola Cantorum Paradisi Portae es su grabación, esperando pueda estar para la próxima primavera. “Y entre nuestras últimas propuestas que van a tener continuidad, destacar las colaboraciones con Novum Organum en la recuperación de representaciones litúrgico-medievales, como el ‘Misteri dels Tres reis d’orient’ que estrenamos en Santa María del Pi (Barcelona) en las pasadas navidades y que para la próxima temporada ya están confirmadas nuevas fechas. Así como nuestra participación en ‘Juana ficción’, espectáculo multidisciplinar junto a bailarina La Ribot y OCAZEnigma, que tras su estreno en el festival Múver de Zaragoza el pasado verano, este mes de julio lo hemos llevado al Festival de Aviñón y en septiembre al de La Bâtie de Ginebra y al Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque de Madrid”, avanzan.