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El CIET centra su actividad en la mejora de la producción trufera y en el control de los sustratos y herbicidas
Imagen: Imagen de la actividad en el CEIT.J.M. Imagen de la actividad en el CEIT.J.M. 30-06-2017 Formación Trufa de Huesca

El convenio para el funcionamiento del Centro de Investigación y Experimentación de la Trufa (CIET) con un presupuesto anual de alrededor de 160.000 euros es uno de los asuntos incluidos en el orden del día del Pleno de la Diputación, que también incluye el convenio para el Bachillerato Internacional en el IES Lucas Mallada que se prolonga hasta 2019.

El CIET de la Diputación de Huesca continúa estudiando nuevas formas de mejorar la producción de los cultivos de trufa, entre ellas destaca por su novedad el análisis de la proporción de micorrizas de cada uno de los dos sexos necesarios para la formación de trufas. El auge del sector trufero en la provincia queda patente en la participación a la convocatoria de ayudas de este año con más de 80 solicitudes.

El Centro de Investigación y Experimentación de la Trufa de la DPH se ha convertido, tras ocho años de vida, en el eje neurálgico del sector trufero y su actividad más reciente aparece centrada en el control de los sustratos que los truficultores incorporan a sus plantaciones y que condicionan el nivel y la calidad de la producción, para lo que principalmente se está analizando si son libres de hongos y, si no es así, de qué tipo  son. Uno de los asuntos del próximo pleno es el convenio colaboración para el funcionamiento del CIET que tiene la Diputación el Gobierno de Aragón, a través del CITA, el Ayuntamiento de Graus y la Comarca de la Ribagorza con un gasto anual de 163.726 euros.

Los técnicos e investigadores del CIET trabajan a diario en lo complejo de la producción trufera y en este momento también estudian principalmente los efectos sobre la micorrización de los herbicidas que se emplean en las plantaciones. Al mismo tiempo, prosiguen investigaciones de largo recorrido, como la que gira alrededor del sistema molecular de la planta una vez ha sido micorrizada, realizando bioensayos que ayuden a esclarecer el comportamiento de la planta durante el proceso. De ese estudio han ido surgiendo datos novedosos y muy interesantes, el último de ellos es la proporción de micorrizas de cada uno de los dos sexos necesarios para que se forme el hongo, hasta hace poco tiempo no se sabía acerca de la necesidad de la existencia de ambos sexos para que se formen las trufas.

El auge del sector en la provincia, con 1.500 hectáreas de terreno dedicadas a su cultivo, queda patente en la participación a la convocatoria de ayudas de este año que  ha recibido más de 80 solicitudes, 29 encaminadas a la mejora de las plantaciones, y 51 a nuevos proyectos. En periodo de valoración, la resolución se hará pública a finales del próximo mes de julio. 

Además de atender a la composición de la planta, este centro ubicado en el municipio de Graus mantiene la permanente preocupación por el comportamiento de la planta en función de un conjunto de variables como son el riego, la poda, la flora acompañante o los aportes de esporas de trufas mediante pozos, que varían en las distintas plantaciones y cuyo entendimiento es vital para mejorar la producción. Para poder analizar estos escenarios, el Centro de truficultura cuenta con una parcela experimental propia, pero también ahora se trabaha con una red de parcelas colaboradoras que truficultores han facilitado para profundizar en la investigación de las condiciones óptimas de cultivo.

El Bachillerato Internacional, pasaporte para las universidades internacionales

El Pleno de la Diputación también aprobará en la sesión ordinaria que se adelanta a este viernes, 30 de junio, los detalles del convenio para el Bachillerato Internacional, que los jóvenes de la provincia pueden cursar en el IES Lucas Mallada. Este acuerdo, en el que también participan el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Huesca, se prolonga hasta 2019 y la DPH aporta 22.500 euros, a razón de 7.500 euros cada anualidad.

La Diputación ve en este acuerdo el modo de favorecer que los jóvenes altoaragoneses tengan la oportunidad de formarse con el propósito de continuar sus estudios superiores en una universidad extranjera. El Bachillerato Internacional es un programa de estudios de duración equivalente al ordinario, que tiene su origen en Suiza a finales de los años setenta. Esta formación, que puede ofrecerse en tres idiomas, tiene como objetivo que sus alumnos puedan acceder a universidades de todo el mundo.