La XXXI edición de este Concurso de ayudas de Investigación reparte 45.000 euros para apoyar a más de una veintena de investigadores a llevar a cabo sus proyectos, que abarcan materias vinculadas a las Ciencias, Humanidades o Artes y en todos los casos son inéditos.

Entre los trabajos seleccionados, los centrados en el estudio de la contaminación del lindano en la cuenca del río Gállego o en la adaptación de los abetos del Pirineo al calentamiento global. Otros recorren la historia del edificio  Jai-Alai o del Círculo Oscense y también las actitudes sociales durante la posguerra en la provincia.

El Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA) de la Diputación de Huesca ha resuelto la convocatoria de becas de investigación que este año llega a 16 proyectos de diferentes áreas, tanto de ciencias como de humanidades, cuyo importe total asciende a 45.000 euros.

Con la XXXI edición de este Concurso de ayudas de Investigación verán la luz los trabajos de más de una veintena de investigadores, en su mayor parte de la provincia de Huesca. Lo que todos los trabajos tienen en común es que son inéditos y están centrados en temas de interés para la sociedad altoaragonesa o contribuyen a defender su patrimonio cultural y natural. Estas ayudas dan cabida a los mejores trabajos en cada una de las áreas del Instituto, con una cantidad máxima de 3.600 euros por proyecto, y la concesión llega tras la reunión y análisis del tribunal que ha estado presidido por el vicepresidente del Consejo Rector del IEA, Francisco Mateo, junto al director del organismo, Fernando Alvira, y formado por los directores de cada área de trabajo, además de representantes de cada uno los grupos políticos de la Diputación de Huesca.

En el área de Ciencias Sociales, Ramón Lasaosa realizará un proyecto mediante el que recuperar la memoria del local oscense Jai-Alai, que en 2016 cumple 125 años de historia y que será la base también para la realización de un guión documental. En este mismo área de estudio, Ana Isabel Serrano analizará la historia del arte sonoro en el valle de Ansó desde la segunda mitad del siglo XX.

Otro de los que recibirá una de las ayudas del IEA es César González, quien propone desarrollar un modelo informático de simulación hidrodinámica de la evolución de la concentración de lindano a lo largo del cauce el río Gállego, dentro del área de Ciencias Aplicadas y Tecnología. Lo mismo que el presentado conjuntamente por Cecilia Armas, David Badía, Clara Martí y Josep Oriol Ortiz para analizar la recuperación de pastos mediante quemas controladas en el Pirineo altoaragonés y su impacto sobre el suelo.

Los trabajos de Laura Arena y Mª Ángeles Romero han sido los seleccionados en el área de Ciencias Económicas y Políticas. La primera analizará las pymes turísticas de la provincia altoaragonesa, mientras que el segundo de los trabajos estará centrado en las principales empresas privadas de la ciudad de Huesca para estudiar la situación de la prevención de riesgos laborales y la aplicación del principio constitucional de igualdad de género.

En el apartado de Comunicación Audiovisual también hay un proyecto becado, el de Vicente Lachén. Se trata de un documental, 'El Círculo Oscense: historias de una ciudad', para rescatar todas las actividades que se han realizado a lo largo del siglo XX en este edificio.

Al igual que el año pasado, tres proyectos son los que van a recibir estas ayudas en el área de Ciencias Naturales: Antonio Gazol analizará cómo puede variar la capacidad de recuperación y el grado de vulnerabilidad de los abetos del Pirineo altoaragonés frente al calentamiento global y Pablo Tejero hará lo propio con la variabilidad genética de la Androsace Cylindrica, una especie de planta endémica y emblemática del Pirineo que está protegida a todos los niveles y que crece en crestas y zonas rocosas entre los 2000 y los 2500  metros de altitud. Por último, Jesús Yániz, junto a Pilar Santolaria y Ester Sales, se centrará en la caracterización, genética y conservación de la abeja negra ibérica en la provincia de Huesca.

En lo que respecta a la Arqueología, uno de los estudios seleccionados, el que firma Cristina Sola, está dirigido a estudiar los patrones de actuación humana en la explotación de la fauna en la Cueva de Chaves, localizada en el término de Bastarás. Por su parte, Mª Pilar Camañes analizará en otro de los trabajos las formas de ocupación y evolución del poblamiento en La Litera durante el periodo íbero-romano y Pedro Callizo el origen y uso de unas cuevas artificiales denominadas cuevas fecundantes, en los somontanos, y que se estima están ligadas a las líneas de fortificación y asentamientos de la Marca Superior, un espacio organizado que desarrollaba un importante papel como cabeza defensora de la península musulmana. 

Para terminar, el área de Historia cuenta también con tres proyectos de investigación becados. Assumpta Castillo ahondará en los posibles antecedentes no inmediatos de los hechos que tuvieron lugar a partir del verano del 36 en la parte oriental de la provincia. Diego Gaspar estudiará las diferentes acciones que llevaron a cabo los exiliados oscenses en Francia a comienzos de 1939 y de cómo ellos colaboraron en diferentes organizaciones de resistencia y cuerpos del ejército francés en su lucha contra las potencias del Eje entre 1940 y 1945, durante la Segunda Guerra Mundial. El capítulo de Historia lo cierra el proyecto de Estefanía Langarita que, con el título Esos terribles vecinos, analizará las actitudes sociales de la posguerra y la construcción de la dictadura franquista en la provincia de Huesca.

Además de Francisco Mateo, presidente de la Comisión de Cultura, Educación y Deporte de la Diputación Provincial, y Fernando Alvira, director del IEA, el jurado ha estado compuesto por los diputados provinciales José luis Gállego (PSOE), Emilia Santana (PP), Joaquín Serrano (PAR), Luis Arduña (Cambiar), y los directores de diferentes áreas: José  Antonio Cuchí, Julia Justes, Ángel Gari, Mª Victoria Sanagustín, Susana Villacampa, Pilar Catalán y Ángel Gonzalvo, y como secretaria Pilar Alcalde Arántegui. A partir de la adjudicación de las diferentes ayudas, para la que se han tenido en cuenta los contenidos de cada uno de los proyectos presentados, la metodología a seguir, su proyección de futuro y el carácter innovador del mismo, los autores disponen de un plazo máximo de un año para desarrollar cada uno de los trabajos.