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Emoción serena y diálogo festivo entre pasado y presente, de la mano de Jordi Savall
Imagen: Tembembe Ensamble Continuo y Hespèrion XXI en Jaca. Tembembe Ensamble Continuo y Hespèrion XXI en Jaca. 14-08-2019 Oferta cultural Festival Camino de Santiago

El XXVIII Festival Internacional en el Camino de Santiago que organiza la Diputación de Huesca llegó a otro de sus días fuertes. Jordi Savall regresaba al Palacio de Congresos de Jaca, esta vez con Tembembe Ensamble Continuo y Hespèrion XXI bajo el brazo. Y con ellos, esa pasión savalliana por el rescate y el abordaje de empresas sonoras de alto valor. La raíz de la música como significado. El cruce de culturas e instrumentos, como concierto y celebración, ante tanto desconcierto y hostilidad.

Vino el propio Savall preocupado por la situación actual del mundo, el Open Arms. "La Unión Europea tendría que tomar una decisión fuerte, y repartir estos refugiados en todos los países europeos. Es un problema político, porque todo el mundo tiene miedo de que la extrema derecha utilice esto como arma para ganar votos. Estamos ante un problema muy grave", compartía el músico en Jaca, responsable de iniciativas tan preciosas como Orpheus XXI, proyecto social que cuenta con músicos de diversas nacionalidades como Siria, Armenia, Marruecos, Israel y Kurdistán.

En el caso de la noche del martes, Folías antiguas & criollas. Del Antiguo al Nuevo Mundo, se estableció "un diálogo partiendo de las folías más antiguas, con músicos de México y de Colombia, desarrollando los repertorios tradicionales de Sudamérica, creados a partir de estas folías". Así sucedió con las jácaras de Gaspar Sanz o el fandango de Santiago de Murcia, donde notas entrelazaron piezas, a partir de puentes y tradiciones vivas, mostradas por unos enormes músicos.

La belleza de Hespèrion XXI y Tembembe Ensamble Continuo en su directo fue absoluta, marcada por la sencillez y maestría, la claridad de conceptos en el aterrizaje de las diferentes partituras, y el lúcido cosido y transitar de temas, que marcó todo un itinerario para el deleite, para una sobria noche íntima a no olvidar. La mezcla de culturas es seña de identidad de las nuevas creaciones que dirige Savall en la última década. "A mí me gusta inventar proyectos que te permitan disfrutar de las músicas que son esenciales, y que ayuden a realizar diálogos cruzados entre culturas y momentos diferentes", destaca Jordi Savall, Artista por la Paz de la UNESCO en 2016.

Con gran variedad de ritmos y melodías, de instrumentos antiguos y populares, de cantos viejos y de letras nuevas, disfrutamos de una gran emoción serena. "Si usted se pone enfermo, le cuidará el doctor Savall" le cantaban cómplices sus compañeros de Tembembe Ensamble Continuo, destacando el valor curativo de su música. Género o rama de la música antigua y barroca que toque en el rescate Savall, está claro que es un corpus nuevo para el ánima. Los momentos más brillantes de esta arteterapia integraban la sabia improvisación del talento, modo jazz individual y colectivo ante esta alquimia, la que nos obsequiaron de manera mágica en el palacio jaqués.

Ya lo apuntaba el maestro: "En un repertorio basado no tanto en las consideraciones puramente formales o contrapuntísticas como en una sucesión de elaboraciones virtuosas libres a partir de una línea de bajo preexistente, la búsqueda de la verdadera autenticidad en una interpretación moderna debe tener en cuenta el redescubrimiento de este inagotable elemento de permanente creatividad personal", algo que supieron mostrar así estos intérpretes mayúsculos.

Tras su visita a Jaca, Savall no para. "Estamos abordando el ciclo completo de las sinfonías de Beethoven con instrumentos originales. Ya hemos hecho las tres primeras —1, 2 y 4— y ahora en octubre haremos tercera y quinta. Es un trabajo maravilloso que hacemos con mi orquesta, treinta músicos profesionales y una veintena de jóvenes, seleccionados de todo el mundo, fantásticos. Es un placer poder transmitir toda la belleza de esta música y repensar estas sinfonías cómo fueron ejecutadas en su época, con instrumentos, tempo, articulación, las dinámicas, con todo el dramatismo que cada una de estas sinfonías implica", destacó el autor de la banda sonora de Todas las mañanas del mundo.