07-08-2008 El sexteto germano de Camerata Köln puso ayer el listón de calidad del festival en todo lo alto en un recital inaugural exquisito en el que la armonía y la conjunción de los instrumentos de viento y cuerda llenaron de dulzura y exquisitez una iglesia del Carmen completamente abarrotada. El público se acomodó donde pudo y disfrutó de un concierto apasionado y sorprendente por el ímpetu y la puesta en escena de los instrumentistas. El vigor y el acompañamiento expresivo de los músicos contrastaba con la dulzura de las melodías de Telemann, un compositor muy desconocido al que Camerata Koln se ha entregado en cuerpo y alma.
Hay que recordar que con motivo de su 25 aniversario (1979 - 2004), Camerata Köln se embarcó en un ambicioso proyecto de cinco años: la realización de todos los conciertos para viento de Telemann en un ciclo de 42 actuaciones y grabaciones. El concierto de ayer, en el que el sexteto ahondó en la influencia francesa que recibió Telemann, forma parte de este ambicioso proyecto. Aunque resulte difícil destacar un músico sobre otro, merece la pena subrayar el papel del primer violín de Sabine Lier, omnipresente durante todo el recital.
En un festival en el que desde hace ya varios años los conciertos se cuentan por "llenos" en los distintos aforos del certamen, el recital inaugural de la decimoséptima edición no podía ser menos. Sin embargo, a pesar de la multitud, el sonido fue inmejorable y también la actitud del público, que salvo contadas excepciones muestra una madurez encomiable, a pesar de la gratuidad de los conciertos y todo lo que ello supone.
El festival se traslada hoy a Santa Cruz de la Serós, en concreto a la iglesia de Santa María, para recibir al grupo británico de inspiración ibérica, A Capella Portuguesa.
A Capella Portuguesa fue fundada en Oxford en 1989 con el objetivo de hacer renacer repertorios olvidados de las capillas de las catedrales y de los monasterios de la Edad de Oro en Portugal y España. Desde entonces, el coro se ha ganado a pulso una reputación internacional como principal conjunto vocal especializado en la interpretación de música sagrada de la Península Ibérica. El repertorio incluye obras de compositores como Cristóbal de Morales y Francisco Guerrero, coetáneos de Carlos V, o Manuel Leitao de Avilés, Joan de Avila o Luis de Aranda, todos ellos del siglo XVII.
Mañana viernes, el festival regresa a la iglesia del Carmen de Jaca. Tras las muestras artísticas germánicas e ibéricas, llega el turno de una de las cunas de la música renacentista, como es la italiana. En este caso es también un coro acompañado tan solo de una tiorba.
El nombre de La Venexiana se toma de una comedia anónima renancentista italiana, punto cardinal de referencia del teatro italiano de la época, tanto por el uso del lenguaje como por su afinadas interpretaciones de la sociedad y sus costumbres. Nacida de la colaboración entre la soprano Rossana Bertine y el contratenor Claudio Cavina, actual director musical del grupo, La Venexiana utiliza cuidadosamente las fuentes originales, proponiéndose incorporar en su interpretación musical la teatralidad, con toda la atención al lenguaje que ello supone, y la exultación de contrastes entre lo refinado y lo popular, lo sagrado y lo profano. Los miembros de La Venexiana son algunos de los más experimentados intérpretes de música antigua y especialistas en el madrigal italiano.
La Venexiana se alza en el panorama musical actual con un nuevo estilo en la representación de música antigua italiana: una cálida mezcla mediterránea que une la declamanción textual, el color de la retórica y el refinamiento armónico, lo que hace de sus conciertos una experiencia musical llena de emoción.
El programa que ofrecerán mañana es monográfico sobre la figura de Claudio Monteverdi, el compositor que marcó la transición entre la tradición polifónica y madrigalista del siglo XVI y el nacimiento del drama lírico y de la ópera en el siglo XVII. Es quizá la figura más importante en la transición entre la música del Renacimiento y del Barroco.