Seckou Keita actuó en Castiello de Jaca dentro del XXXIII Festival Internacional en el Camino de Santiago
Fue un maravilloso estreno que acogió y se conjugó con un patrimonio siempre sorprendente. La noche del pasado lunes, la iglesia parroquial de San Miguel de Castiello de Jaca celebró un nuevo gran concierto del XXXIII Festival Internacional en el Camino de Santiago que organiza la Diputación de Huesca. Era la primera vez que se arreglaban para kora algunas famosas piezas barrocas. La tarea fue todo un gran reto para Seckou Keita, intérprete de kora, compositor y productor senegalés, que abordó la propuesta con grandes dosis de entusiasmo, compromiso y, sobre todo, emoción.
“Doy todo lo que tengo para cada momento. En última instancia espero que todo el mundo disfrute de este viaje”, declaró Keita, artista virtuoso y pionero siempre entre la tradición y la curiosidad, que en la iglesia de San Miguel consiguió recrear las múltiples bondades de su instrumento: “hipnótico, enérgico, refrescante, calmante, pacífico. Llevo toda la vida colaborando con músicos de todos los géneros y horizontes, así que este desafío y encrucijada es un tema que significa cosas importantes para mí, ya que en las encrucijadas podemos encontrar cosas hermosas y únicas”, exclama, como así sucedió a las mil maravillas.
En la comunidad sonora, Seckou Keita se ha convertido en el intérprete de la kora “más influyente e inspirador de su generación, un músico excepcional y carismático, un ciudadano moderno y global que transmite siete siglos de tradición a través de su música”. Definido como un 'griot’, un cantante de alabanza, en Castiello de Jaca dio numerosas y brillantes pruebas de todo ello. Ese fue el tono de las obras y el estilo del deslumbrante ejecutante. Con Paradisi, Pachelbel, Bach y mucha producción propia y tradicional, el público disfrutó de la kora en su forma más pura, transportando a todos sus oyentes a poderosos espacios de paz y meditación, de armonía y belleza.
Mezcla de lau?d y arpa, la kora se desarrollo? para entretener al emperador Sundjata Keita (1217-1255). Ahora nosotros disfrutamos de ella, resultado de la sensibilidad y talento de un moderno Seckou Keita. “Cada año acostumbro tener proyectos nuevos, y éste viene muy cargado. Entre otros, estoy presentando por primera vez mi nuevo proyecto ‘Homeland’ con mi banda senegalesa. La música es un puente entre la música africana, la urbana, el afro pop y la poesía. Y un nuevo álbum saldrá en octubre. Llevo 28 años en la carretera y 15 discos publicados, pero siempre estoy aprendiendo y eso me encanta”, declara el gran Keita, todo un poeta y cronista de su tiempo, acompañado siempre de su herramienta de comunicación y de trabajo.
Gracias a Seckou Keita, la caja de resonancia de la kora, formada por media calabaza de gran tamaño y forrada y acompañada de piel, mantiene intacto su mástil físico y espiritual de 21 cuerdas en el panorama y la diversidad de todas las músicas y culturas, también en la antigua y barroca, y lo que es más importante, con el inconformismo de la búsqueda y el laboratorio de nuevos sonidos y experiencias para el ánimo de quien la escucha, haciendo de cada concierto una velada única, memorable e irrepetible, como así ocurrió en Castiello de Jaca.