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La edición digital necesita aunar criterios para marcar las pautas del futuro
Imagen: Arantxa Mellado durante el congreso Arantxa Mellado durante el congreso 16-11-2017 Congreso del Libro Electrónico

La fundadora y directora de Datalibri, empresa especializada en el análisis de meta datos Arantxa Mellado ha puesto el foco durante la segunda ponencia del día en la evolución del mercado editorial en España. Basándose en tres estudios de las editoriales Libranda, Bookwire, y la Federación de Gremios de Editores de España, Mellado ha dado a conocer datos que, si bien orientativos, carecen de la unificación de criterios para hacerlos validos a la hora de marcar las pautas del mercado de un sector en pleno desarrollo.

La capacidad en base a estos informes para medir el volumen de ventas de ebooks, especialmente teniendo en cuenta que se trata de un mercado que no entiende de fronteras, resulta cada vez más difícil ya que los datos recogidos hasta el momento no distinguen entre comercio interior y exterior, incluyendo involuntariamente todos en la misma categoría. Situación que se corresponde con la vida real, en la que los editores, que no distinguen de forma consciente las ventas en uno y otro país.

Otra de las necesidades que rebelan los informes que rigen las estadísticas en el sector es la de poner el foco en las distinciones por géneros. El consumidor no distingue por editoriales en su búsqueda de literatura, por lo que resulta ineficiente concentrar las cifras en función de los sellos, en vez de abrir categorías en función de los géneros de interés que más triunfan en las ediciones digitales.

El gran protagonista, y el gran olvidado, es sin duda el mercado de la autoedición. Ausente de la mayoría de los informes, es una realidad creciente que ya cuenta con entre una cuota de un 15 y un 20% de mercado. Una posición que no hace si no afianzarse y que hace prever el mundo de la autoedición como uno de los valores en alza a tener en cuenta a la hora de marcar las pautas del futuro próximo del sector.

En el conjunto de la información analizada se hace evidente una falta de datos que permitan contextualizar y trazar previsiones. Existen muchas empresas que están vendiendo libros sin ISBN, lo que dificulta su contabilizaron. Eso sin contar con el importante volumen de descargas gratuitas, que si bien no constituyen un aporte en cifras económicas, son un dato muy importante para evaluar la intención de lectura en digital que no se está teniendo en cuenta. En conjunto una suma de formatos y nuevas posibilidades que no se contemplan en los informes de las editoriales.

 

Evolución del libro digital en España y en Latinoamérica

 

En una primera valoración, el libro digital aumenta en España y en Estados Unidos, pero en Latinoamérica desciende

Para Bookwire, empresa dedicada al asesoramiento para la distribución y promoción de servicios digitales, este aumento es real. Y en cuanto al precio, se están vendiendo libros dentro de un rango de precio de entre 5 a 10 euros.

En el coloquio ha quedado patente que, si bien el esfuerzo de instituciones y empresas por aportar transparencia es fundamental, su esfuerzo resulta insuficiente en cuanto a que sus datos no son todo lo útiles que fuera necesario, dada la disparidad de metodologías y criterios, que hacen que la comparativa no sea siempre viable, y por tanto no terminen de ajustarse a la realidad. Todo esto hace necesaria la creación de una comisión que aúne a los diferentes agentes y que permita llegar a un consenso en cuanto a datos, metodologías, criterios, con la posibilidad de ampliar las fuentes y añadir datos de libros de texto, de bibliotecas, suscripciones, en definitiva, datos que a día de hoy no se están incluyendo y que pueden ayudar a formarse una idea más real del estado del sector.

En esta búsqueda de la contextualización, diferentes congresistas han querido hacer hincapié en la necesidad de tener en cuenta la internacionalización evidente que resulta de un contexto digital. Se trata por tanto de un mercado mundial, no solo en cuanto a ventas sino en la producción, con editores en lengua española que llevan a cabo su trabajo en todo el mundo.

La creación de una comisión que evalúe la realidad del sector editorial digital es una idea puntera no solo dentro de nuestras fronteras, si no que carece de referente a nivel europeo, en ningún país se está llevando a cabo el ejercicio de aglutinar todos los informes que se están haciendo por separado.

Por último, además de la sempiterna comparativa entre los formatos en papel y digital y la trayectoria de ambos, se ha cerrado la ponencia con un recordatorio de las nuevas formas de consumo de literatura, que vienen determinadas por el uso de la tecnología que hacen las generaciones más jóvenes, en las que apps y nuevos formatos empiezan a ser un nicho relevante a tener en cuenta para poder tener un análisis veraz de la realidad del sector.

Entre el público, la habitual queja: "No todos jugamos las mismas cartas", recuerda Antonio María, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, en clara  alusión a Google y Amazon.

Queda en el aire la siguiente pregunta ¿Es necesario aglutinar datos? La respuesta para los congresistas parece unánime y se responde con otra pregunta:  Es necesario, pero ¿quién se encargaría de hacerlo?

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Resumen ponencia Arantxa Mellado