Vincenzo Capezzuto y Soqquadro Italiano actuaron en Jaca dentro del XXXIII Festival Internacional en el Camino de Santiago
La Plaza de los Polvorines de La Ciudadela de Jaca acogió la noche del pasado domingo un nuevo gran concierto del XXXIII Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS) que organiza la Diputación de Huesca. Vincenzo Capezzuto, cantante y bailarín solista profesional de distintas compañías de danza, como English National Ballet y Aterballetto, actuó junto a su conjunto Soqquadro Italiano con tanta belleza como mesura para ofrecer un magnífico recital que atravesó de Monteverdi a Mina, un viaje sonoro que compara dos universos musicales aparentemente lejos uno del otro pero que, en realidad, residen muy cercanos: “el Barroco y la canción italiana de los años 60, representados por Mina, una de las más grandes cantantes italianas que aún sigue con su carrera y éxitos”, recordaba Capezzuto.
La propuesta logró hacer que el público se perdiera entre las dos épocas musicales y que no llegara a reconocer cuál sería un tema barroco o cuál una canción de Mina. “Los dos mundos musicales dialogan, se mezclan y uno se regenera en el otro sin solución de continuidad”, destaca el artista. Se presentaba en España por primera vez dentro del marco del festival, por lo que se trataba de un estreno absoluto “tras más de un centenar de espectáculos representados por todos lados excepto en España”.
El cuidado programa incluyó algunos temas emblemas del Barroco como 'Il lamento della Ninfa', 'Si dolce é'l tormento' de Claudio Monteverdi y 'La Tarantella' de Santiago de Murcia, así como canciones del repertorio de Mina como 'Il cielo in una stanza' y 'Non Credere'. Además, se incorporaron “verdaderas joyas musicales inéditas como 'Dormite oh Pupille' de P. Andrea Ziani y 'La tarantella de li denari’, únicas”, subraya Capezzuto. Interesa resaltar cómo las melodías y los textos en los temas de ambas épocas “mantienen un fuerte común denominador: la importancia y la fluidez del texto, y las bellas y cantables melodías típicamente italianas”.
Tras este gran soplo de aire fresco y de gran calidad interpretativa, el respetable jaqués quedó gratamente contento y agradecido al final de su representación. La capacidad de mezclar géneros musicales y también instrumentos tan distintos como la tiorba con el saxo, el clavecín con el contrabajo, contribuyó a ofrecer “una reacción de sorpresa y de maravilla. Nuestro estilo musical se podría tal vez expresar como Classical Cross-over”, subraya Vincenzo Capezzuto, para un espectador que “se deje llevar siempre en este viaje, abriendo tanto la cabeza como el corazón”.
“Creo que cuando un artista tiene una idea clara de lo que quiere expresar, todo es bueno, útil, necesario y eficaz para cumplir su idea. Con respecto a mí, creo que a nivel profesional éste será un año muy interesante por la cantidad de nuevos proyectos artísticos que hay, y que aún me dan la oportunidad de crecer y de medirme con repertorios distintos”. Entre ellos destaca un álbum con la discográfica Warner/Erato junto al conjunto Arpeggiata, con la que ya colabora desde hace quince años; otra con dos conjuntos, Prisma Ensemble y Motus Mandolin Trio, con los que creará futuros programas y conciertos. “También cantaré en una producción en el Teatro de la Ópera de Roma como artista invitado en una nueva obra escrita por la compositora Silvia Colasanti”, apunta.
Para Capezzuto, la música clásica necesita de generaciones nuevas de público que la sigan amando: “Es importante, creo, el modo de utilización que se hace de la música, que esté siempre al alcance de todos y que siempre tenga detrás una historia que contar”, remata el gran artista italiano.