"Compromiso con los más próximos y con los más lejanos para construir entre todos un mundo más justo, y solidaridad para encararlo sin dejar a nadie atrás". Son algunos de los valores a los que apeló el Presidente de la Diputación Provincial de Huesca que este año abría la Semana Santa oscense, unos días que para Cosculluela son tiempo de "emociones encontradas" y de "vivencias compartidas", se haya crecido en un lugar u otro de la provincia de Huesca. La lectura del Pregón tuvo lugar el viernes, y venía precedida por las palabras del delegado diocesano de Patrimonio Cultural de Huesca, José María Nasarre, en las que destacó su implicación con la labor de las cofradías y con este ámbito en su conjunto.
Antonio Cosculluela comenzó evocando la Semana Santa vista desde los ojos de un niño "del que jugaba en el carasol del convento de las Siervas de María" en Barbastro. Ya en su infancia, durante estos días, tuvo la conciencia de "vivir un momento comunitario solemne". Mientras describía cómo pasó de emociones infantiles a una reflexión más madura, evocaba el misterio, la luz de velas, el olor de incienso, las mujeres de mantilla y vestido negro y el recogimiento e intimismo entre capirotes e imaginería, "fascinación alejada de otras Semanas Santas más rumbosas", añadió el máximo responsable provincial al que la Archicofradía de la Veracruz como organizadora de estos actos eligió este año como pregonero.
Estuvieron presentes en este acto el Obispo de la Diócesis de Huesca, Julián Ruiz, el Alcalde de Huesca, Luis Felipe, junto a buena parte de la corporación municipal, el vicario general, Nicolás López, el prior de la Archicofradía de la Veracruz, Ángel Lasierra, el presidente de la Audiencia Provincial, representantes de las 13 cofradías, así como otros responsables institucionales y de la sociedad oscense.
Ante las doscientas personas que se dieron cita en la iglesia de Santo Domingo y San Martín, el Presidente de la Diputación valoró la labor de las cofradías con especial referencia a superar lo religioso para llegar hasta lo humano y social. "Son lugar de encuentro, de acogida, y en su seno se propicia el cultivo de la amistad y el compañerismo", destacó Cosculluela, quien tampoco quiso para por alto que gracias al trabajo conjunto de todos "la Semana Santa se trasciende a sí misma".
También tuvo una mención especial para el Obispo de la Diócesis de Huesca, Julián Ruiz, para quien es su primera Semana Santa en Huesca, para el veterano Ángel Boned que recibió el título de Cofrade Honorario y para todas las entidades y asociaciones con las que colabora desde la Diputación y que se dedican a atender a los más débiles y a los más desprotegidos de la sociedad.
En su Pregón, se detuvo en algunos de los pasajes, entre el dolor y la esperanza, del recorrido vital de Cristo que aparecen plasmados en la Semana Santa, y los trasladó a los valores de la actual sociedad para invitar a los presentes a reflexionar. "Con sus enseñanzas, con sus valores, confiando en nosotros y mirando al futuro con esperanza, también nosotros podemos ayudar a hacer del mundo un lugar mejor", fueron las palabras de Antonio Cosculluela, hizo un llamamiento a la capacidad de empatía, de ponernse en el lugar del otro como el comienzo para aceptar la diferencia, "para aprender a vivir en solidaridad con todos los hombres, por encima de lo que nos separe, sea raza o sea credo".
Aludió a que en tiempo de dificultades, es preciso mantener la calma y buscar espacios para la reflexión, para oírnos a nosotros mismos. "Tiempo para pensar, para rectificar y para reafirmar nuestros principios", dijo convencido Cosculluela. Para quien su vida ligada al campo significa "sacrificio" y "esperanza", "templanza en la espera" para que después lleguen las cosechas y los frutos. "Y si el año es bueno, sé generoso y comparte tu ventura; no temas, la solidaridad te hará más grande y más fuerte para el futuro", alentó el Presidente de la Diputación.
Al poner en valor el rico patrimonio religioso que atesora la provincia de Huesca y que, en la mayoría de los casos, ha sido forjado por los pueblos altoaragoneses, Antonio Cosculluela quiso hacer referencia al apoyo que desde las instituciones en las que desempeña responsabilidades políticas ha mostrado a los Obispados de Babastro-Monzón y de Huesca para lograr el retorno de los bienes de las parroquias altoaragonesas que se encuentran en Lérida.
Antes de su intervención el Presidente pudo ver la labor de restauración que, financiada por la Diputación, se ha realizado en el paso de 'La Flagelación', un grupo escultórico realizado en talla de madera policromada por el escultor Tomás Marqués en 1902 y que después del tratamiento de conservación brillará esta Semana Santa junto al de la Piedad y el pendón de la Archicofradía -también restaurados- en los numerosos actos de culto que tendrán lugar en parroquias y calles de Huesca durante esta semana.