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Tres mil personas disfrutaron en Lanuza con las peculiares visiones de México de Lhasa y Astrid Hadad
Imagen: Tres mil personas disfrutaron en Lanuza con las peculiares visiones de... 17-07-2005
Dos concepciones de la cultura mexicana protagonizan el segundo concierto del especial "En las fronteras de América del Norte", que protagoniza este año la semana central del Festival Pirineos Sur
Dos voces femeninas y dos visiones de México, de las fronteras de América del Norte. Lhasa y Astrid Hadad encandilaron ayer sábado a las tres mil personas que casi llenaron el Auditorio Natural de Lanuza bajo el influjo de la media luna y en una agradable noche pirenaica. Las dos mujeres, con sus peculiares estilos y formas de cantar e interpretar, derrocharon entrega y sentimiento, en un gran concierto al que se sumó la magia de Pirineos Sur y del escenario flotante instalado en el corazón del altoaragonés Valle de Tena.

La primera en salir al escenario fue Astrid Hadad, con sus vestidos y sombreros tan divertidos como imposibles y provocadores. Con un repertorio que abarca desde la ranchera hasta la samba y unas letras llenas de sátira y desparpajo, como las propias presentaciones de sus temas, que transforman el espectáculo en un mágico cabaret. El público disfrutó y participó de la fiesta, que se prolongó hasta la medianoche.

Fue entonces el turno de Lhasa, nacida en Québec (Canadá), hija de padre mejicano y madre estadounidense, que lleva a México y le canta con el corazón pero no puede ocultar sus cosmopolitas influencias, fruto de sus viajes por medio mundo. Su música es una fusión de estilos y hasta de idiomas. Además del español, Lhasa cantó varias canciones en inglés y francés e incluso una en árabe. En el escenario es todo lo contrario de Hadid: tímida y frágil, pero su maravillosa voz lo inunda todo de sentimiento e intensa emoción, arropada por instrumentos como el piano y el violonchelo.