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Un apasionante diálogo entre instrumentos históricos y animación
Imagen: Un apasionante diálogo entre instrumentos históricos y animación 03-08-2025

El Salón de Actos de la Diputación acogió la tarde del pasado sábado el segundo gran directo de la trigésimo cuarta edición del Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS) que organiza la Diputación de Huesca. Tocó el turno a Musicinemas, estupendo y singular proyecto de fusión de artes visuales y sonoras ideado por Emilio Villalba y Sara Marina, que ya ofreció una de las experiencias más originales y sorprendentes del festival. Con una puesta en escena cuidadosamente diseñada para la ocasión y con un despliegue instrumental tan variado como exótico, Musicinemas propuso un fascinante viaje al universo onírico de ‘Las Aventuras del Príncipe Achmed’ (1926), la primera película de animación de la Historia del Cine dirigida por Lotte Reiniger, que pudo disfrutarse y seguirse a la vez que su directo instrumental.

Lejos de una mera proyección acompañada, el espectáculo se convirtió en un ejercicio de arqueología sonora y visual. Con una banda sonora compuesta expresamente para esta obra —e interpretada en directo con laudes, santur, tambura, panderos, violas y otros instrumentos históricos y del Mediterráneo—, Villalba, Marina y la violinista Fátima Caballero elaboraron toda una apasionante composición de gran riqueza tímbrica, capaz de transportar al espectador a los desiertos de Arabia, a palacios encantados o a los cielos estrellados de Bagdad, así como a otros espacios morales, conflicto y de lucha que sólo puede proporcionar el género animado.

El estreno en Huesca y Aragón fue especial no sólo por su carácter inédito en la comunidad, sino también por las novedades incorporadas desde su primera versión, estrenada en la Filmoteca de Valencia en 2021. Desde entonces, el espectáculo había recorrido salas y auditorios de Andalucía, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, cosechando elogios por su originalidad y su capacidad para unir cine y música en una misma emoción y dirección. Cada tema musical fue concebido para acompañar personajes, paisajes o acciones específicas del film, jugando con la expresividad de las escalas orientales, los modos antiguos y ritmos que invitan tanto al recogimiento como a la aventura. Una música que no se limita a subrayar, sino que narra y dialoga con las imágenes y el espectador, convirtiéndose en poderoso protagonista.

El repertorio, en gran parte anónimo, recoge melodías tradicionales de culturas que transmitieron su música por vía oral, como la andalusí o la del Próximo Oriente. A este legado, Villalba sumó composiciones propias inspiradas en ese mundo sonoro antiguo, donde la improvisación controlada, la destreza técnica y el virtuosismo encuentran un equilibrio perfecto, tan atractivo como misterioso para conectar con inteligencia toda la acción, de cine y su animación. El público que llenó el Salón de Actos de la Diputación de Huesca aplaudió y valoró la frescura y la expresividad del directo.

En cada pieza representada, los cuidadosos intérpretes combinaban y cambiaban de instrumento, incorporando texturas sonoras nuevas, en un despliegue técnico que sorprendió al respetable tanto por su dificultad como por su entusiasta fluidez. Fruto de la generosa complicidad y de la espontaneidad en la ejecución, musical, Musicinemas dotó de vida a cada intervención por y para la animación. Y la escenografía, cuidada hasta el último detalle —con vestuario de época y una recreación del ambiente de los antiguos estudios de grabación—, contribuyó a reforzar la atmósfera mágica de la propuesta. El resultado fue una función envolvente y sorprendente, en la que cine y música se abrazaron como en sus primeras bodas sonoras.

Océanos de espacio y tiempo aparte, en una edición del FICS que rinde homenaje a la herencia de Bach, Villalba reconoce que la huella del maestro alemán está presente incluso en proyectos tan alejados en apariencia como el suyo. Porque toda música interpretada desde el conocimiento y la emoción, incluso si proviene del desierto o del zoco, dialoga en algún punto con esa herencia universal. Musicinemas dejó claro en Huesca que las propuestas que cruzan disciplinas y miradas, cuando están hechas con rigor y alma, conquistan al público. Y que el pasado, incluso el más remoto, puede brillar con luz propia cuando se interpreta desde la curiosidad, la imaginación y el respeto profundo.