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Un gran viaje a los orígenes de la independencia sonora frente a la voz
Imagen: Un gran viaje a los orígenes de la independencia sonora frente a la voz 16-08-2025

La noche del pasado viernes, la iglesia de Villanúa acogió el decimocuarto gran concierto de la trigésimo cuarta edición del Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS) que organiza la Diputación de Huesca. Dirigida por Ferran Pisà, Solnegre ofreció una velada musical que trascendió el mero deleite musical para convertirse en un verdadero ejercicio de memoria histórica y revelación artística y conceptual. Su programa titulado ‘Fantasía’ se adentra en un momento fundacional de la música europea: el nacimiento, en pleno siglo XVI, de un repertorio instrumental que surge de la adaptación y reelaboración de obras vocales.

Especialista en instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento y el Barroco, y musicólogo de sólida trayectoria, Pisà ha concebido este proyecto como un diálogo entre pasado y presente, entre las versiones originales para voz y sus primeras recreaciones instrumentales. La delicada propuesta tiene un marcado carácter especialmente divulgativo: permite al oyente entender cómo los músicos de la época empezaron a explorar las posibilidades expresivas de la música más allá de la palabra, ornamentando y transformando melodías que en su origen habían sido pensadas y creadas para ser cantadas.

Uno de los momentos más reveladores del concierto llegó con las ‘Recercadas’ de Diego Ortiz sobre dos ‘chansons’ muy populares en su tiempo: ‘Douce memoire’ de Pierre Sandrin y ‘Oh felici occhi miei’ de Jacques Arcadelt. Escuchar primero la versión vocal y, a continuación, su reelaboración instrumental, permitió percibir con claridad la riqueza de ornamentos, variaciones y modulaciones que aportaban los comprometidos intérpretes, abriendo así la puerta a un nuevo universo sonoro.

El programa incluyó también obras de figuras fundamentales de la primera generación de músicos instrumentistas de la Península, como Luis Milán y Alonso Mudarra. En sus manos, la vihuela y otros instrumentos de cuerda pulsada, se convirtieron en vehículos de expresión refinada y, al mismo tiempo, profundamente humana. Solnegre hizo justicia a esta histórica etapa de la música con una interpretación minuciosa, atenta al detalle, siempre viva y libremente comunicativa, que fue merecedora de entusiastas aplausos.

Pisà subrayó en su presentación que ‘Fantasía’ es, en cierto modo, un ‘zapping del siglo XVI’: un recorrido dinámico por piezas emblemáticas del repertorio vocal de la época, contrastando su forma original con versiones ornamentadas. Este vaivén, lejos de ser un mero recurso formal, lo que consiguió fue hacer atrapar al público de Villanúa por su frescura y capacidad para mantener alerta la atención, combinando la pureza de la línea vocal con la imaginación melódica y rítmica de tales glosas instrumentales.

Aunque las piezas de ‘Fantasía’ preceden en más de un siglo la obra de Johann Sebastian Bach, Pisà señaló que en la música del maestro alemán pueden rastrearse las mismas técnicas de reelaboración melódica que vertebran este programa. El personal estilo de Solnegre se caracteriza por ser tan revelador como sorprendente. Cada obra se presenta con la naturalidad de quien comparte un hallazgo, y con la convicción de que la música es un claro y perenne testimonio de ideas e ilusiones de quienes la crearon. El público respondió con entusiasmo, pero también con atención sostenida, sumergiéndose en un viaje sonoro que invita a reflexionar sobre los vínculos y los caminos conectados entre la palabra y la música, entre la voz humana y el lenguaje instrumental.

Para Solnegre, este año ha sido más tranquilo en cuanto a giras, lo que ha permitido concentrarse en la creación de nuevos programas que incorporan elementos de otras disciplinas artísticas. Sin embargo, este segundo semestre estará marcado por la actividad concertística, especialmente en Cataluña y Baleares, territorios donde el grupo se mueve como en su casa. Junto a ellos, para Pisà, conjuntos como Dichos diabolos, Anacronía o Qvinta essençia son prueba de que la escena de estas músicas vive un momento de gran efervescencia creativa, aunque el reto sigue siendo consolidar estas propuestas y garantizar su merecida y necesaria sostenibilidad.