Pilar Gracia y Ernest Guasch - Enólogos
Una primera vendimia «de prueba» marca un hito en el plan de Pilar Gracia y Ernest Guasch, que desarrollan un proyecto vitivinícola en Barbenuta, cerca de Biescas. Con viñas de 2 y 3 años han obtenido un primer resultado positivo en la cosecha, aunque todavía no se ha alcanzado la posibilidad de embotellar los caldos obtenidos. Afirman que «se trataba de probar cómo iba el proceso, por dónde iban los tiros». Al haber plantado distintas variedades, observan cuáles responden mejor para luego poder seleccionar las más óptimas.
Su preocupación por el cambio climático, entre otras cuestiones, les llevó hace unos años a plantearse un proyecto de estas características. En las zonas de montaña pueden darse vinos más frescos, con mejor grado y mayor acidez. En los viñedos actuales, en cotas más bajas, los vinos salen con más graduación y baja acidez, por lo que son precisos procesos añadidos en su elaboración que pueden aumentar su precio o reducir el margen comercial. Esto, con el cambio climático, es algo que irá en aumento, explican Pilar y Ernest.
Tras un primer experimento en Les, en el valle de Arán, plantaron las viñas en una parcela de Barbenuta, en tierras de la familia de Pilar. El terreno tiene una buena exposición al sol y tiene la composición que precisa un cultivo de este tipo. ¿Algún problema? Si acaso, reconocen, «que no hay ningún viticultor en la zona que sirva de referencia por su experiencia». Luego, los propios de cualquier persona en el mundo de la viticultura.