Baile, eclecticismo y agitación musical en una noche eterna y masiva que contagió a los asistentes
Imagen: Baile, eclecticismo y agitación musical en una noche eterna y masiva que... 29-06-2008
"In" concentrada con "Plantas" fueron las canciones elegidas por Fangoria para abrir la sesión sabatina del Ribagorza Pop Festival. Comenzaba de esta manera una noche donde la diversión iba a ser la nota característica en una jornada donde las condiciones meteorológicas fueron las ideales para una sesión de más de siete horas de música.

Si la noche anterior se pudo asistir a momentos brillantes, muy elaborados, con la intención de algunos de los artistas de bucear en nuevos espacios sonoros, la del sábado era una apuesta más consabida por la participación de dos de los grupos más emblemáticos de nuestra escena musical. Nacho Canut y Olvido Gara llevan años sabiendo moverse perfectamente en el mundo musical más convencional, pasando desde el punk más alternativo y radical al conservadurismo extremo con la mayor naturalidad. Casi tres décadas han sido inundadas por su música con momentos únicos y brillantes y otros más previsibles. Sus setenta minutos de concierto se nutren de propuestas efectistas donde lo musical tiene un papel más secundario, lo importante es la fiesta virtual, la noche se prestaba a ello y la gente bailó recreándose con bailes, efectos y todo tipo de travestismos musicales y reales, algo evidente en pleno "día del orgullo gay".

Los madrileños dan paso, en el segundo escenario, a los zaragozanos Volador, una de las propuestas musicales más eclípticas de Aragón, que les ha llevado a telonear a Loquillo, Pereza o Aterciopelados. Una aportación diferente, coherente, personal para recorrer paisajes y encuentros universales donde el encasillamiento en alguna corriente musical concreta parece alejarse de ellos.

No ha finalizado todavía su actuación y la riada del público es constante, las filas de acceso importantes. Se sospecha, desde la organización, que las mejores previsiones van a ser desbordadas con creces.

Desde Barcelona llega Sara Da Pin Up, una excelente propuesta de música electrónica para mantenerse en la mejor forma físicamente. Pop electrónico lleno de impurezas y de tópicos, con letras ágiles, irónicas, atrevidas y contundentes. Su manera de moverse en escena cautiva y seduce, hace que el público se entregue ante la que pudo ser la mejor propuesta artística, original, atrevida e innovadora de la noche, incluso para aquellos que no se dejan aprehender por estos tipos de guiños musicales, superando todo tipo de estereotipos musicales.

Tras ella aparecieron los sonidos sintéticos de De Vito. Los ganadores del Premio Demoscópico, organizado por la sección aragonesa de Mondo Sonoro dieron un recital de música rotunda, un pop radical, cercano muchas veces al punk, que hacen recordar a bandas emblemáticas como Joy Division o Devo, algo bastante insólito en nuestra escena musical. Una sorpresa muy agradable que siguió una multitud que abarrotaba, sin agobiar, el festival.

Con un mínimo retraso aparece en el escenario principal, Violadores del Verso. Son los más esperados y no es casualidad. Forman parte de la historia del hip-hop nacional y los máximos responsables de que Zaragoza, junto a Marsella, sea la capital europea de este tipo de música. La fuerza de la palabra se expande entre los asistentes, los bajos son cañonazos musicales que hacen moverse al más indiferente. Un sonido personal, de la calle, de barrios como La Jota, Actur, Delicias o Romareda, que les hace llegar a todos los públicos, ser masivos, reconocidos y venerados. Inician su show, tras el tema de introducción de gira habitual, con "Filosofia y letras" dando paso a una docena de temas, que incluye un pupurrí de los más conocidos. El público absolutamente entregado ante el único grupo de hip-hop nacional que ha llegado a ser número 1 de ventas en una semana, por algo será.

Otro Zaragozano, Carlos Holler, sube al escenario tras ellos. Son quince años tras los platos de los principales clubes y eventos del país, siendo reconocido este año por la revista Rock de Lux como "mejor dj del año". Musicalmente eclético conecta perfectamente con todo tipo de públicos. Después de tantas horas el baile se hizo más presente. El mejor broche para una noche donde, otra vez, la diversidad fue la característica principal.