El Monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes fue creado bajo el patrocinio de los Condes de Sastago a principios del siglo XVI, fue la primera fundación cartujana establecida en Aragón, el 11 de febrero de 1507.
Desde entonces y hasta la definitiva exclaustración y abandono del cenobio por la comunidad religiosa a finales de 1835, motivada por los decretos desamortizadores de Mendizábal que suprimían todos los monasterios, la Cartuja pasó mediante venta a manos privadas, habiendo ostentado su propiedad la familia Romeo Martinez de Bengoa en primer lugar, posteriormente El Banco Hipotecario de España, quien vendió la propiedad en 1896 a Mariano Bastarás Cavero, cuya familia ha venido desde entonces detentando dicha propiedad.
Seguramente el desconocimiento general sobre la propia existencia e importancia del conjunto y su carácter de propiedad privada, llevó a que los mecanismos de protección sobre el mismo se retrasaran hasta la tardía fecha de febrero de 2002, en que es declarado Bien de Interés Cultural por Decreto 60/2002 de 19 de febrero. Habían transcurrido diecisiete años desde que, a instancias del Ayuntamiento de Sariñena, el Gobierno de Aragón iniciara el expediente de declaración como Conjunto Histórico-Artístico.
Desde el día 2 de junio de 2015, es propiedad de la Diputación de Huesca
En este tiempo y desde la década de los 90 del pasado siglo, distintas instancias administrativas tanto locales (Comarca de Los Monegros, ayuntamientos de la zona) como autonómicas ( Justicia y Cortes de Aragón), se han ocupado reiteradamente de la situación de progresivo deterioro del conjunto, cuyos principales elementos, tanto arquitectónicos como plásticos, han resistido no obstante en bastantes buenas condiciones, tanto el paso del tiempo como los avatares a que diversos conflictos y usos poco adecuados los han ido sometiendo.
La aspiración de que La Cartuja se convirtiera cuanto antes en un bien de titularidad pública, a fin de garantizar su correcta recuperación, conservación y utilización para el interés general, ha sido una constante tanto en el seno de dichas instituciones, como en el de los distintos colectivos sociales que, agrupados en su mayor parte en torno a la plataforma Salvemos La Cartuja, han ido surgiendo en las últimas décadas dentro y fuera de la propia comarca de Los Monegros.
Los primeros tanteos negociadores entre la propiedad y el Gobierno de Aragón se iniciaron así mismo en la década de los 90, dando como primer fruto el convenio mediante el que, a partir de julio de 2001, el monumento comenzó a abrirse al público todas las mañanas de domingo. Sin embargo, las negociaciones para que la Diputación General de Aragón se hiciera con la propiedad no tuvieron avances ni en la última década del siglo XX , ni en la primera del XXI.
Al hacerse cargo una nueva generación del conjunto monástico a partir del 2012, y siendo proclives a alcanzar un acuerdo en el sentido reivindicado por la totalidad de las citadas instituciones aragonesas y por las entidades civiles relacionadas con el tema, y cuando se vislumbraba una posibilidad de acuerdo real para hacer del mismo un bien de dominio público, la negativa del Gobierno de Aragón a aceptar dicho bien, argumentando, entre otras razones: "las propias circunstancias del bien, entre las que destacan que los gastos de mantenimiento exceden en cinco mil seiscientos por ciento (5.600%) del valor del inmueble", vuelven a paralizar el proceso.
Incumple con ello la administración autonómica, ademas de sus obligaciones como responsable del mantenimiento, conservación y salvaguardia del patrimonio artístico-monumental aragonés, los sucesivos acuerdos de las Cortes de Aragón, siendo a este respecto destacable la proposición no de ley aprobada por unanimidad el 21 de marzo de 2014.
La Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes fue incluida ya en 2013 por Hispania Nostra en la lista roja de patrimonio que recoge aquellos elementos del Patrimonio Histórico español sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. A pesar de ello, parece existir coincidencia entre los expertos en la materia en que el estado arquitectónico general, así como la conservación de aquellos elementos histórico-artísticos más valiosos, es aceptable a corto plazo. Dichos informes coinciden también no obstante, en la urgencia de reparar algunos elementos estructurales que presentan peligro, singularmente la torre y las techumbres, especialmente la del claustrillo, dado que la existencia de humedades como es sabido, perjudica gravemente el estado de conservación de la excepcional obra pictórica de Fray Manuel Bayeu .
Ante este estado de deterioro del Bien y la negativa del Gobierno de Aragón de hacer frente a su adquisión, la Diputación Provincial de Huesca se reunía el 3 de diciembre de 2014 con la familia propietaria del inmueble y la Plataforma 'Salvemos la Cartuja' quienes mostraron su profunda preocupación por el desinterés del gobierno autonómico en la búsqueda de soluciones. En este encuentro, los propietarios se comprometieron a facilitar a la Diputación Provincial de Huesca la documentación sobre las necesidades que urgen para el mantenimiento y conservación de este monasterio, así como aquella información y documentación sobre el valor histórico y artístico del monasterio y la cuantificación económica detallada del coste de las actuaciones más urgentes, todo ello necesario para ver en qué medida podía actuar la institución provincial.
La Diputación Provincial de Huesca, en un acto de responsabilidad y conscientes del gran valor histórico, artístico y turístico, tardó exactamente seis meses en realizar todos los trámites necesarios para la adquisición de la Cartuja, que se materializó el 2 de junio de 2015. Seis meses de encuentros y reuniones con los propietarios, las entidades públicas implicadas (Ayuntameinto de Sariñena, Comarca de Monegros) y colectivos como la Plataforma 'Salvemos la Cartuja' y la asociación APUDEPA (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés).
El día 1 de abril el Pleno de la Diputación de Huesca aprobó la adqusición del inmueble por un valor de 261.945,52 euros y desde el día 2 de junio de 2015 la Cartuja es propiedad de la Diputación Provincial de Huesca.